Barriocanal ante la polémica del Gobierno, Parolin y Franco: “Roma locuta, causa finita”

  • El vicesecretario general de la Conferencia Episcopal Española participa en los almuerzos del Club Siglo XXI
  • “Me estoy encontrando a muchos sacerdotes que en estos días les están llamando cerdos pederastas. Me parece que no es el rostro de los 18.000 sacerdotes de este país”, denunció

Barriocanal

“Roma locuta, causa finita”. Con este proverbio latino zanjó el vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, Fernando Giménez Barriconal, la polémica sobre la exhumación de Franco multiplicada tras el encuentro de ayer entre la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y el secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolin. Así lo ha manifestado durante un almuerzo celebrado en el Club Siglo XXI, justo cuando se publicaba el comunicado oficial de la Santa Sede, pero sin conocer el contenido.

“Si habla Roma, no tengo nada que decir”, señaló, para añadir a continuación: “Es más, no hablan los jefes si no los ‘ultrajefes’ por lo que no tengo nada que añadir”. Segundos después, leía en voz alta el comunicado emitido por el director de la Sala Stampa, Greg Burke, y apostillaba: “Lo pueden leer ustedes varias veces, porque queda bien claro lo que dice”.

Antes de que la polémica sobre la exhumación de Franco irrumpiera en la sobremesa, el presidente de Cope tumbó algunos de los supuestos privilegios en los que se movería la Iglesia y que se han reavivado en estos últimos meses.
“No vivimos en un país confesional, pero la Constitución hace una lectura positiva del hecho religioso”, explicó sobre el artículo 16, reforzado que se reconoce una “laicidad positiva que no tiene que ver con el laicismo militante que no encuentra acomodo en la Carta Magna”.

Una libertad religiosa que “que se tiene que aplicar”

A partir de ahí, dejó caer que “quienes denuncian los acuerdos Iglesia-Estado no los conocen”. De hecho, lamentó que “algunos siguen hablando del concordato franquista. Bórrenlo de su léxico, solo hay cuatro acuerdos”. De la misma manera, desmintió que la Iglesia estuviera en un lugar preferencial con respecto a las demás confesiones religiosas, con las que recordó que se mantienen acuerdos desde hace 26 años. Eso sí, reivindica que esta libertad religiosa “no es solo teórica sino que se tiene que aplicar”.

“La Iglesia cuenta con el mismo régimen fiscal de la fundación de cualquier partido politcio, sindicato, fundación o de una ong. No servía de la excenciones fiscales derivadas de los acuerdos Iglesia-Estado sino de la ley de mecenazgo”, subrayó sobre impuestos como el IBI. De la misma manera, también abordó el tópico de que la Iglesia recibe miles de millones del erario público. “La Iglesia no recibe ni un euro del Estado”, subrayó Giménez Barriocanal, que se remitió al acuerdo firmado en 2007 con el Gobierno de Rodríguez Zapatero. “La asignación tributaria no es ningún privilegio”, enfatizó.

Por último, no se dejó en el tintero tampoco a la mezquita de Córdoba o a la Seo de Zaragoza: “El sistema de inmatriculación tampoco es franquista. Ni siquiera en la II República fue cuestionado”, explicó sobre otro de los temas candentes para el Gobierno socialista y la sonora de “La mayoría de estos bienes no son enajenables, no se pueden vender”.

Por otro lado fue autocrítico con los errores en materia comunicativa de la Iglesia: “¿Tenemos que hacer más pedagogía? Sí, porque en la calle hay gente que piensa fue la Iglesia son una pandilla de golfos y eso no es una realidad”. Y aunque reconoció que “hacemos las cosas mal”, también se refirió de forma implícita a la oleada de portadas de El País sobre los abusos sexuales en el clero: “Me estoy encontrando a muchos sacerdotes que en estos días les están llamando cerdos pederastas. Me parece que no es el rostro de los 18.000 sacerdotes de este país. Es posible que lo que digan sea verdad, pero cuando uno construye un relato, lo que genera es una imagen que no es real”.

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