Para conectar con los jóvenes hay que hablarles sobre lo que consumen. Y así lo ha hecho José Cobo en su catequesis esta mañana en Sao Domingos de Rana, en el marco de la JMJ de Lisboa 2023. Una película de la que todos hablan. Podría haber sido ‘Oppenheimer’ o ‘Barbie’. Pero el arzobispo de Madrid se ha decantado por la primera.
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“Este hombre aplicaba un principio: hay que crear una bomba atómica y ya luego vemos que consecuencias puede tener. Ese principio ha abierto puertas a muchos de los males que hoy padecemos”, ha afirmado hablando del transhumanismo para luego recordar que “la vida no nos la hacemos nosotros mismos, nos la hace Dios”.
Más allá de este comienzo, durante su alocución instó a unos jóvenes entregados -mayoritariamente de la Archidiócesis de Madrid- a no sentirse unos bichos raros en el mundo de hoy. “A muchos os habrán dicho que en la parroquia te comen el coco y hacéis cosas raras, pero nosotros sabemos que cuánto más en relación con Dios, más humanos somos”. Y ha recalcado: “Cuando nos ponemos en su sintonía, no nos quita nada”.
En este sentido, ha continuado pidiendo que hablen de lo vivido durante esta JMJ cuando lleguen a sus barrios. “Cuando le digas a tus colegas en Madrid que dormiste en un polideportivo y caminaste horas, te preguntarán quien tocaba en concierto…”, ha dicho con sorna. “Pero vosotros responderéis: ‘Hemos ido a ver al Papa’. Y no pasa nada porque algunos piensen que somos tontos, ya que no, no somos ningunos frikis”.
Llevar el testimonio a los barrios
El arzobispo ha hecho hincapié en la necesidad de contar con pelos y señales dónde ven a Dios y quién es para ellos. “Contad a vuestros colegas quién es Dios. Cuando os encontréis estos días con Él, poned una nota en el móvil y añadirlo al calendario, para que os salte la semana que viene, y la siguiente…”. Y ha añadido: “Vuestros barrios necesitan saber qué se hace aquí y por qué nos une la experiencia de Dios aunque pensemos distinto”.
En relación a la ecología integral acuñada por Francisco, tema de las catequesis de la jornada, el neocardenal ha recordado que los cristianos “no nos preocupamos por esta cuestión solo por la Creación, viene de mucho antes. Porque para relacionarnos con la realidad primero debemos relacionarnos con Dios”.
Cobo ha insistido en que la Iglesia es “una casa en la que estamos todos”. Y cuando habla de “todos” se refiere a no olvidarse de los descartados, porque “si somos más humanos, somos más samaritanos”.
La fraternidad como guía
En un enérgico mensaje, Cobo ha recordado a los jóvenes que Madrid les necesita: “Necesitamos de vuestra fraternidad”. Y, luego, les ha puesto tarea a través de tres preguntas: “¿Qué retos debemos abordar desde las comunidades cristianas para hablar de Dios y para actuar en nuestro entorno como Dios nos pide? ¿Qué pueden aportar los jóvenes en esta sociedad con nuestra propuesta que es el Evangelio? ¿Cómo devolver la esperanza a Madrid?”.
Tras ponerlos a trabajar en grupo, les ha insistido en un alegato final: “La JMJ no acaba aquí, en Lisboa. Hay que pensarlo y rezarlo, porque nos volveremos a ver en octubre para compartir lo vivido”.
