El Banco Vaticano, de la opacidad a la transparencia: Moneyval le sitúa “entre las instituciones mejor clasificadas del mundo”

El IOR ha tenido en 2022 un beneficio neto de 29,6 millones

Este martes, 6 de junio, la Santa Sede ha publicado el informe anual sobre las actividades del Instituto para las Obras de Religión (IOR) que, tal como recoge Vatican News, según la reciente normativa promulgada por el papa Francisco, se encarga “exclusivamente” de la función de “gestor patrimonial y depositario del patrimonio mobiliario de la Santa Sede y de las Instituciones vinculadas a la Santa Sede”.



Un comunicado de prensa informa de que el beneficio neto fue de 29,6 millones (cifra muy superior a los 18,1 millones de 2021), y que la calificación de Moneyval sitúa al IOR “entre las instituciones mejor clasificadas del mundo”. “Por undécimo año consecutivo”, subraya el comunicado, el IOR “publica su Informe Anual que contiene los Estados Financieros de 2022 preparados en conformidad con los principios contables internacionales IAS-IFRS”.

Asimismo, para garantizar que el IOR “pueda mantener sus objetivos de desarrollo a largo plazo”, el Consejo de Superintendencia ha recomendado a la Comisión Cardenalicia que mantenga una “política prudente en la distribución de dividendos como en 2022”. Un enfoque, dice el informe, que “se ha visto reforzado por las recientes crisis bancarias en Estados Unidos y Europa y por la necesidad de proteger al Instituto a largo plazo, dado el peculiar contexto en el que actúa”. Por lo que respecta a los beneficios de 2022, el Consejo ha propuesto a la Comisión Cardenalicia la distribución de un dividendo de 5,2 millones de euros”.

Remuneración transparente

De esta manera, la recomendación del Consejo es distribuir el dividendo en 3 millones de euros para las obras religiosas del Papa Francisco; 2 millones de euros para las actividades caritativas de la Comisión Cardenalicia; y 200.000 euros para las actividades caritativas coordinadas por el Prelado del Instituto.

En el informe de gestión, el presidente del IOR, Jean-Baptiste de Franssu, escribe que “en 2022, la dirección del Instituto se centró en varios ámbitos: la mejora continua de la gestión de las inversiones, la ampliación de las políticas éticas, la introducción de una nueva plataforma informática, la contratación de más profesionales y la introducción de una política de ‘evaluación del personal y sistema de incentivos’ que introduce un sistema de remuneración transparente y estructurado basado en los resultados alcanzados”.

Por su parte, el director general del IOR, Gian Franco Mammì, ha señalado que “en general, la gama de servicios bancarios y de inversión se ha ampliado para responder mejor a las necesidades de una clientela cada vez más informada y exigente. Esto también ha sido posible gracias a la utilización de plataformas y programas informáticos cada vez más innovadores por parte del banco, que sigue invirtiendo en la digitalización”.

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