Un obispo que sea “voz profética”, que “promueva una Iglesia sinodal”, que “sepa escuchar y dialogar”, que sea “hombre de comunión”, que tenga “capacidad de gobernar con creatividad pastoral” y que “sea hombre prudente y valiente”. Estos son cinco de los diez puntos que un grupo de católicos del Patriarcado de Lisboa señalan como necesarios para el futuro arzobispo, y que sugieren en un documento enviado al Dicasterio para los Obispos y al nuncio apostólico, Ivo Scapolo.
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El texto, al que 7Margens ha tenido acceso, surge a raíz de que desde hace meses se habla de la sucesión del patriarca, asumida por el propio Manuel Clemente esta Semana Santa, cuando les dijo a los sacerdotes de su diócesis que esta sería la última vez que la celebraría con ellos. Pero también fue provocado por la “necesidad, reforzada por los últimos acontecimientos en la Iglesia en Portugal”, de ajustar el perfil, las cualidades y la experiencia de los candidatos a obispo, “es decir, en lo que se refiere al tratamiento de los casos de abuso”, con “transparencia y confianza” y con un “proceso de consulta” entre clérigos y laicos, “elegidos para acoger la diversidad de la diócesis”.
Es la primera vez que, en Portugal, hay una iniciativa de este tipo, liderada por católicos y con esta dimensión. El grupo invitó a quien lo deseara a expresar su acuerdo con el texto, enviando cartas a la nunciatura.
Transparencia e inclusión
En el texto, los autores dicen que la oficina episcopal debe implementar formas de liderazgo “más acordes con los principios de integridad, transparencia, responsabilidad y corresponsabilidad, participación e inclusión, misión y comunión, en línea con una Iglesia sinodal”.
Los 21 autores del texto comienzan recordando que los procesos de elección de obispos tienen por objeto “elegir a las personas más idóneas para ocupar estos cargos” y que, “durante la mayor parte de la historia de la Iglesia”, este proceso “involucró al clero y comunidades”. Hoy, en varias diócesis, hay más participación en estos procesos de selección que van en la línea de una “mayor sinodalidad”.
Por tanto, en Portugal también deben existir “mecanismos de escucha” para “acoger los sentimientos del clero y de la comunidad diocesana”; y dado que no hay “candidatos idóneos” inmediatos, el grupo sugiere “que la búsqueda continúe hasta encontrar el perfil necesario”.
“No a un administrador de bienes”
El documento no indica nombres, porque la opción era definir un perfil. En el texto, los firmantes piden también “un obispo centrado en lo esencial” y llevar “el Evangelio donde está y no se conoce, a los lugares de la vida y de la no vida, donde Jesús es desfigurado y perseguido”; un obispo “que sea imagen del buen pastor”, con la “cercanía y el cuidado de Jesucristo por todos, especialmente por los más pobres y vulnerables, los enfermos, los excluidos y los marginados”.
El grupo comenzó reuniendo de manera informal a varias personas que se conocían, a lo que se sumaron otras personas de diferentes grupos y comunidades. Después de escuchar a algunos sacerdotes, escribieron el documento.
La carta dirigida al Dicasterio para los Obispos añade al documento referencias explícitas a que el obispo a elegir para el patriarcado no debe ser “un administrador preocupado por bienes, bienes y compromisos a celebrar con poder económico y poder político”, que debe caminar “con las víctimas” de los abusos de los miembros de la Iglesia “pidiendo perdón, liberándose de las redes del clericalismo y haciendo todo lo posible por recuperar la humilde credibilidad de los que existen para servir”.
