Gabina Dubón, la discípula de Rutilio Grande

Dina fue testigo de los tiempos oscuros del pueblo salvadoreño

Gabina Dubón, mejor conocida como Dina, es una enciclopedia abierta. Fue testigo de los tiempos oscuros del pueblo salvadoreño. En 1970 conoció al ahora beato Rutilio Grande. Cuenta que por ser la mayor de sus hermanos “decidimos participar en la comunidad de base promovida por el padre, por amor, fe y compromiso cristiano; hicimos realidad el sueño de vivir el Evangelio y nos organizamos en la Federación Cristiana de Campesinos Salvadoreños, para luchar por los intereses de nuestros hermanos”.



Recuerda que en ese ínterin conoció a su esposo y, como Rutilio, “viajaba los fines de semana y en festivos a su pueblo natal”. “Nunca me imaginé que quien me casó más tarde sería mártir”, señala. Vivió con intensidad estas luchas del sacerdote, siguiendo su ejemplo, hasta que apagaron su vida el 12 de marzo de 1977. Vivía en El Paisnal –al norte del país–, recuerda que “ese día estaba en Cojutepeque realizando misiones y regresé”. Un presentimiento la llevó a tomar el primer bus. Su prima la recibió con la infausta noticia: “Mataron al padre Rutilio”. Lloraron desconsoladamente.

“Su muerte no fue en vano”

Desde entonces ha dedicado su vida a acompañar a las comunidades eclesiales de base, al movimiento campesino y el trabajo con mujeres. Considera que el martirio de Rutilio “despertó la base del laicado, haciendo saber que esta no era la voluntad de Dios, sino del hombre, que esto era un pecado social, estructural, la injusticia que nos quitó la venda de los ojos”. “Su muerte no fue en vano”, asevera. En junio de 2022, Cáritas Latinoamérica y Catholic Relief Services le otorgaron el Premio Mujeres Construyendo Justicia y Paz en América Latina y el Caribe. Dina sigue recorriendo El Paisnal, decidida a seguir los pasos de Rutilio.

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