“Nada funciona contra el Papa”. Así de tajante se muestra el canonista Norbert Lüdecke tras conocer la nota con la que el Vaticano veta una de las propuestas aprobadas en el Camino Sinodal alemán para la creación de consejos sinodales en las diócesis y parroquias, en una entrevista con el portal Katholisch.de. Ahora bien, no ocurre los mismo contra un documento como ha sido esta notificación firmada por los cardenales Pietro Parolin, secretario de Estado; Luis Francisco Ladaria, prefecto de Doctrina de la Fe; y Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de los Obispos.
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La decisión es de los obispos
Para Lüdecke, experto de Bonn, esta carta de la Secretaría de Estado es “el final nada sorprendente para lo que está previsto con el Consejo sinodal y el Comité sinodal”. Y es que a lo largo de todo el proceso asambleario que se ha desarrollado en Alemania en estos años “siempre se han pasado por alto” determinadas limitaciones establecidas por el Código de Derecho Canónico, aunque la presidencia de la asamblea haya defendido las reinterpretaciones y valoraciones nuevas que se han hecho.
El experto sitúa el núcleo de este desacuerdo entre Roma y Berlín en la “fuerza vinculante” que desde el Camino Sinodal se ha dado a nuevos organismos de “decisión”. Por ello, esta notificación sigue la doctrina canónica de que “no acepta ningún organismo que deba tener poder de decisión sobre los obispos”. Además, recuerda que ante actuaciones de la curia “aún se puede apelar al Papa” pero una vez que el pontífice “toma un asunto en sus manos” –“in forma specifica”, sería la fórmula–, “no se puede hacer nada contra las decisiones del Papa”.
