El tono de oposición a la Ley Celaá marca el debate de la Asamblea Plenaria de los obispos españoles

Detalle de manos de obispos durante la Plenaria de noviembre de 2017. Fotos: Jesús G. Feria

Esta tarde, a las 16.30 horas comienza la asamblea plenaria de otoño de la Conferencia Episcopal. Un encuentro especial en el que la mayoría de los prelados asistirán por videoconferencia y en el que ha habido que reservar la mañana para realizar pruebas de COVID. Algo anecdótico al lado de los temas que conforman el orden del día, algo alterado por la urgencia de la llegada al pleno del Congreso, este jueves 19 de noviembre, del proyecto de Ley Orgánica de modificación de la LOE (Lomloe), la Ley Celaá.



Hasta el viernes, 20 de noviembre, estaba previsto que los obispos tomaran el pulso además a las medidas posteriores al Congreso para los Laicos, el Encuentro Europeo de Jóvenes de Santiago de Compostela, los retos de la pandemia, la “Instrucción pastoral sobre el acompañamiento en la muerte y el duelo. Anuncio de la Vida eterna. La celebración de exequias e inhumaciones”, así como algunas propuestas para parroquias y seminarios.

Frente a la libertad

Pero un debate clave, moderado por la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura, será el referido a la nueva ley, la propuesta de la Conferencia presentada al Ministerio en relación a esta ley y los pasos dados hasta el momento. Más allá de la propuesta oficial, los obispos son muy conscientes del tono de esta ley contraria a la libertad. “El debate sobre la ley de educación expresa, de manera dramática, hasta que punto el Estado como ‘gran padre’ quiere anular la libertad y sustituir la presencia social en la plaza pública: educación, sanidad, prensa, jueces, servicios sociales”, según denunciaba el secretario general, Luis Argüello, en un tuit este sábado, 14 de noviembre.

La estrategia frente a esta ley que arrincona la clase de Religión y ahoga la supervivencia de la escuela concertada –mayormente compuesta por los centros de iniciativa católica– busca consenso por parte de los obispos. Según ha podido saber Vida Nueva hay obispos que reclaman un comunicado contundente antes de la llegada de ley Celaá al pleno del Congreso el jueves o inmediatamente después. De esta manera, los obispos harían claramente visible su oposición frontal ante los cambios referidos a la materia confesional y los referidos a los colegios concertados, siempre en defensa de la libertad de enseñanza y evitando las referencias a los acuerdos Iglesia-Estado para evitar que los argumentos sean tachados de ‘privilegios0’. En paralelo, también se quiere apuran hasta el último minuto la negociación. Así pues, el debate entre los obispos, sea de forma presencial en Añastro o a través de las intervenciones online, se centrará en determinar el tono y las acciones para oponerse a la misma, donde resultará determinante el tono belicista o de apelación al diálogo que tenga esa nota sobre la reforma educativa, si finalmente sale adelante. .

A esto semana un detalle añadido a la clase de Religión que queda en evidencia repasando el orden del día de la Plenaria. Los obispos estudiarán “posibles vías de flexibilización de los requisitos eclesiásticos para la obtención de la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica de Secundaria y Bachillerato”, necesaria para ser docente de la materia en estas etapas. Esto deja en evidencia que hay una problemática para encontrar profesores que cumplan los actuales requisitos para impartir la materia en estas etapas.

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