Dário Bossi, a los cinco años de Laudato si’: “Sus primeras palabras son una profecía y un camino que nos desafía profundamente”

Dário Bossi, misionero comboniano, representante de la directiva de la red Iglesia y Minería, no duda en afirmar  a Vida Nueva que “las primeras palabras de Laudato si’ son una profecía” y “al mismo tiempo un camino que nos desafía profundamente” en estos 5 años en los que las palabras de Francisco, en esta  su segunda encíclica, resuenan en tiempos de coronavirus.



Se entiende entonces –afirma el sacerdote– que esta enfermedad del Covid 19 es una explicitación en un nivel más amplificado de una enfermedad más profunda: la desigualdad. A propósito de la pandemia, trajo a colación el momento de la oración Urbi et Orbi del 27 de marzo: un Francisco solo, cansado y encorvado por el peso de la situación en la plaza de San Pedro que dice “estamos todos en la misma barca”.

“Pasados 5 años, en el corazón de una pandemia, yo lo interpreto como que todos estamos en una misma tempestad, pero digamos que en barcas diferentes, en condiciones desiguales, que exponen a la muerte a los grupos y personas excluídas”, lamenta.

Punto de no retorno

Bossi, al igual que el Papa, comparte que el sínodo amazónico es hijo de Laudato si’, porque “es un ejemplo concreto, que traduce a la realidad la vida de los pueblos de la Amazonía”. Sin embargo en el actual contexto en la cuenca amazónica “estamos al límite en el punto de no retorno” es urgente atender de inmediato las demandas de los pueblos indígenas.

Incluso “todavía hay una fuerte oposición” y “cuando hay muchas críticas, es porque se ha dicho y hecho algo importante, que toca en las heridas”, señala en referencia a Laudato si’.

“Lo vimos con el Sínodo de la Amazonía, lo vemos en el día a día, de las reacciones a las propuestas y actitudes del papa Francisco, la oposición fue y todavía es muy fuerte con respecto a la visión profundamente nueva que ofrece Laudato si’”, apunta.

Una economía que mata

Para el comboniano, radicado en Brasil, es urgente un cambio radical: “una revolución cultural”. Esto pasa por “la convicción de que el cambio más profundo debe ser de la economía, esta economía mata” hacia la llamada economía de Francisco y “ de Clara añadimos nosotros los brasileños”, que “mira con respeto e inclusión la relación con la naturaleza y los seres humanos”.

Es urgente superar el extractivismo predatorio como lo han pedido los obispos de América Latina en su carta pastoral Discípulos misioneros, custodios de la Casa Común –cita Bossi– al tiempo que propone una cura después de la pandemia como lo ha hecho Francisco: abrir un camino profundo de renacimiento y reconciliación con la creación.

Foto: Vatican News

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