El Cottolengo de Madrid se refuerza tras fallecer dos religiosas por coronavirus

La pandemia del COVID-19 se está cebando con los mayores. Las residencias de toda España están en el punto de mira de las autoridades públicas en tanto que en ellas se concentra la población de mayor riesgo, sobre todo, a raíz de que en estos hogares comunitarios se haya disparado la letalidad por el coronavirus en los últimos días.



La residencia psiquiátrica Cottolengo del Padre Alegre, regentado por las servidoras de Jesús en la localidad madrileña de Algete no ha sido inmune a la enfermedad y se ha cobrado la vida de dos religiosas ancianas de la comunidad. En un principio, se había especulado con la posibilidad de que fueran cuidadoras de las 60 mujeres con discapacidad física y psíquica sin recursos que habitan el centro. Sin embargo, el párroco de Nuestra Señora de Fuente del Fresno, Javier Sánchez Cervera, de la que depende la residencia, confirmó que las monjas fallecidas no ejercían ninguna labor de cuidado.

Una de las religiosas falleció el jueves y otra el viernes. Sánchez ha explicado que cuando la Policía descubrió los cuerpos el viernes por la tarde nadie había certificado las defunciones, no porque el centro no hubiera avisado. Las defunciones se notificaron al momento, pero estaban a la espera de que fueran a recoger los cuerpos. Es más, los responsables de la residencia mantienen contacto permanente con el hospital Infanta Sofía.

De la misma manera, el sacerdote también ha desmentido que los enfermos del centro estén desatendidos, si bien es cierto que las religiosas se han visto desbordadas por la falta de voluntarios que normalmente les ayudan con los residentes debido al confinamiento de la población.

Coordinación policial

Aun así, fuentes policiales han garantizado que el centro dispone de condiciones higiénicas “buenas”. Actualmente hay una planta en cuarentena en la que se asilado a algunas residentes contagiadas por el COVID-19.

La colaboración entre la Policía y la residencia es tal que han hecho entrega al Cottolengo de 900 mascarillas, una caja de guantes e hidrogel ante la falta de material sanitario que les comunicaron desde el centro.

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