La Conferencia Episcopal de Filipinas (Cbcp) se ha posicionado contra las afirmaciones “ridículas” y “sin fundamento” que ha hecho el presidente Rodrigo Duterte contra el cardenal Luis Antonio Tagle, quien ha sido acusado por el mandatario de haber sido destituido por el Papa de su cargo como arzobispo de Manila por su “interferencia política”.
Duterte hizo estas declaraciones, tal como recoge Vatican News, en la última asamblea de la Federación de Municipios de Filipinas, celebrada en Pasay City. Durante las reuniones, el presidente afirmó también que Tagle habría “desviado fondos de la Iglesia a favor de un partido de la oposición”.
Ante este ataque al que es, desde el pasado 8 de diciembre, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, la Cbcp ha animado a Duterte a “atenerse a cuestiones sociales urgentes”, como los crecientes casos de coronavirus en el país, en lugar de “perder el tiempo con acusaciones infundadas”.
La opinión de los obispos
“Sugiero que volvamos a los problemas reales del día”, dijo Pablo Virgilio David de Kalookan, vicepresidente de los obispos filipinos, quien señala, además, que “no hay nada más ridículo” que la insinuación de que Tagle pudiera haber desviado fondos de la Iglesia. Por su parte, el administrador apostólico de Manila, Broderick Pabillo, ha afirmado que “no es necesario dignificar acusaciones infundadas” como las del presidente del país entrando en el debate de si son reales o no.
El purpurado salió de Manila el mes pasado para asumir su cargo como Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. En aquel momento quedó patente la unión de los obispos filipinos y el aprecio que sienten por Tagle. “Nos gustaría decirle al mundo que él es el regalo de los filipinos a la Iglesia universal y a Roma”, decía el arzobispo Rómulo Valles, presidente de la Conferencia Episcopal de Filipinas, durante la cena de despedida del purpurado.
