El Gobierno da un paso al frente. El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, ha verbalizado por primera vez la intención del Ejecutivo liderado por Pedro Sánchez de propiciar la salida de la comunidad benedictina que custodia el Valle de los Caídos desde 1957. Así lo recogerá la proposición de ley sobre la memoria histórica que creará un nuevo marco jurídico para regir el enclave y que, en palabras del político, implica “una derogación prácticamente total de la legislación actual”.
“El mantenimiento de la fundación de la Santa Cruz –que regula la actividad del Valle desde su creación– y el encargo de los benedictinos es totalmente anacrónico en este momento y no tiene ningún sentido en un Estado democrático”, ha asegurado Martínez López en una entrevista a Gloria Serra en el programa ‘Equipo de Investigación’ emitido anoche en La Sexta.
Conjeturas despejadas
Hasta ahora, ningún miembro del Gobierno de coalición se había manifestado con esta claridad, si bien era una conjetura que se había puesto sobre la mesa durante el proceso de exhumación de Francisco Franco y que también se había planteado desde el seno del PSOE en la calle Ferraz.
Martínez López se remite a la proposición de ley y que marcará en los próximos meses las acciones a llevar a cabo, tuteladas por la vicepresidenta Carmen Calvo. “El planteamiento que hace la proposición de ley es muy claro: se deroga lo que es la Fundación de la Santa Cruz lo que supone que hay una derogación clara y explícita también del encargo que tenían que tener, en este caso, los benedictinos”, detalla el secretario de Estado ante las cámaras de La Sexta.
Herencia de Zapatero
Según ha podido saber Vida Nueva, Moncloa busca un diálogo “discreto, sincero y efectivo” con las autoridades eclesiásticas en Madrid y en Roma antes que llegar a una aplicación unilateral de la misma. O lo que es lo mismo, se actuará de la misma manera que se hizo para el traslado de los restos del dictador.
La Comisión de Expertos para el Futuro del Valle de los Caídos creada por José Luis Rodríguez Zapatero ya contemplaba la resignificación de Cuelgamuros en un espacio de reconciliación a través de un monumento civil, así como un centro de interpretación y museo de las víctimas al estilo Auschwirz.
¿La hospedería y la escolanía?
Estos planes los ha heredado y secundado el gabinete de Sánchez que, hasta la fecha, sí contemplaría respetar la basílica como espacio de oración cristiano, pero no se había manifestado sobre el devenir de la abadía, la hospedería y la escolanía. Se abrían varias opciones: la continuidad de los benedictinos, solicitar a la Iglesia el cambio por otra congregación tras la resistencia manifiesta del prior Santiago Cantera a la exhumación de Franco o, directamente, que no haya ninguna comunidad religiosa allí.
El secretario de Estado de Memoria Democrática no detalla cual de estas dos últimas opciones es la elegida por el Gobierno, pero sí deja claro que quiere a los benedictinos fuera, que se acometerá una transformación simbólica del Valle y que se dará vía libre para dignificar a las más de 30.000 víctimas de la Guerra Civil de uno y otro bando enterradas en la basílica. De hecho, cabría pensar que, si se respeta la basílica como tanto la abadía, como la hospedería y la escolanía se reservaran para crear ese macrocomplejo de reconciliación en forma de museo.
“Una vez que se apruebe la proposición de ley, habrá una dotación económica para lo que tenga que ser exhumaciones”, explica Martínez López quien, a renglón seguido, detalla que “el compromiso que viene teniendo el Gobierno es posibilitar la exhumación de los restos de las personas que están allí inhumadas, siempre y cuando lo demanden los familiares y técnicamente sea posible porque en algunas criptas hay una situación que crea bastantes dificultades”.
