De ETA al aborto: Carlos García de Andoin, el católico del PSOE que conmovió al Congreso de Laicos

  • El cofundador de Cristianos socialistas suscita una ovación inesperada al compartir su compromiso político en la vigilia del foro
  • “Con fe en la política, sin mesianismos ni demonizaciones, se hace mucho por el reino de Dios y su justicia”, entonó Andoin, que alertó: “Cuando das el paso del partido, se produce un distanciamiento helador, con la comunidad cristiana”
  • La Conferencia Episcopal Española respalda a través del altavoz de Andoin la necesidad de católicos en todo el arco parlamentario

Poco antes de las diez de la noche del viernes, comienza la vigilia de oración del Congreso Nacional de Laicos. Más de 2.000 personas. Un escenario desnudo En oscuridad. Tan solo el cirio pascual y un evangeliario iluminados. Preside el prefecto del Dicasterio para los Laicos, Kevin Farrell. Tras escuchar la lectura en la que Jesús invita a sus discípulos a dar sabor e iluminar el mundo, unas palabras del ‘ministro vaticano’, silencio y música para el encuentro, se sitúa ante un atril Carlos García de Andoain.



No es fácil ofrecer un testimonio sobre mi compromiso en la vida pública, qué ha significado para mí la llamada que hoy hemos escuchado para ser sal y luz”, empezó compartiendo este teólogo y psicólogo, además de uno de los fundadores de Cristianos Socialistas. Su implicación tanto en las estructuras eclesiales como en las de su partido es un incuestionable. Por un lado, como concejal de Sestao amenazado por ETA y asesor en Moncloa durante la aprobación de la ley del aborto. Por otro, como motor de Acción Católica y miembro del Consejo General de Apostolado Seglar de la Conferencia Episcopal.

Clima orante

De ahí la relevancia que adquiere el hecho de que se le diera voz en uno de los momentos clave del foro organizado por los obispos españoles para promover la participación en la vida pública de los católicos españoles. Más significativo aún resultó que, al concluir su intervención, fuera ovacionado por los congresistas, sin abandonar el clima orante.

Sobre todo, teniendo en cuenta, que no en pocas ocasiones en los últimos años se ha identificado el catolicismo con una única opción política y que en los últimos meses alguna formación ha buscado erigirse en abanderada del credo. Justo cuando da sus primeros pasos el primer Gobierno de coalición de la democracia española, fruto del acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos.

Un signo de la Conferencia Episcopal Española presidida por el cardenal Ricardo Blázquez, que siempre ha defendido la necesidad de recuperar el espíritu de la Transición, tiempo en el que la presencia de los católicos implicados en política resonaba en todo el arco parlamentario.  Algo ha cambiado pues, en el seno de la Iglesia española, cuando se invita a situarse ante el micrófono del congreso que busca marcar un antes y después en el compromiso de los laicos a un católico socialista, algo que cabría preguntarse si se habría podido dar hace unos años.

Aspectos no compartidos

El propio Andoin era consciente de lo delicado que suponía desnudar su ser y hacer y, por eso reconoció nada más comenzar a compartir su experiencia que “no es tan fácil referirme a mi compromiso específicamente político”. Lo hizo en tono firme, pero sereno. En algún momento, con la voz temblorosa, con cierta emoción.



“Seguramente aspectos que pueda señalar -fui impulsor y miembro de la comisión de expertos de El Valle de los Caídos-, pueden no ser compartidos por bastantes o muchos de los aquí presentes”, advirtió en medio de un ambiente de escucha meditativa.

Desde el discernimiento

“Si no quiero hacer teoría sino testimonio concreto -añadió-, necesito referirme a opciones que nacen desde mi discernimiento cristiano en política, pero que pueden ser distintas en otras personas igualmente cristianas”.

Desde ahí, apuntó que “no cabe política sin toma de partido. No es ni más ni menos que misterio de la encarnación. El todo en el fragmento. Por eso, como dice ‘Octogesima adveniens’, una misma fe puede conducir a compromisos políticos diferentes”.

Con fe en la política, sin mesianismos ni demonizaciones,  la política hace mucho, lo afirmo, por el bien común, por el reino de Dios y su justicia”, entonó.

Distanciamiento helador

García de Andoin expresó la dicotomía que se produce entre la invitación eclesial a dar el salto a la política y las dificultades si cumples con ese desafío: “Cuando das el paso del partido, se produce un distanciamiento helador, con la comunidad cristiana, con el ministerio pastoral, que no se da en relación a otros compromisos”.

Esta reflexión le llevó a sentenciar que “necesitamos un ecosistema eclesial más favorable a las vocaciones laicales a la política. La comunidad cristiana tenemos una rica presencia en la sociedad civil que, entre otras razones, por falta de vocaciones políticas, está infrarrepresentada en la esfera pública”.

Carlos García de Andoin, durante la vigilia

Carlos García de Andoin, durante la vigilia del Congreso Nacional de Laicos

De la misma manera, relató como puso en marcha hace 25 años, de la mano de Fernando Jauregui, una corriente cristiana dentro del PSOE, “una presencia modesta pero explícita en una cultura partidaria de tradición anticlerical y laicista, pero que hace de la igualdad la estrella polar de su acción política, lo cual tiene mucho que ver con esa maldita costumbre de la Biblia de ponerse del lado de los pobres”.

Amenazado

Sobre su compromiso en los años duros de ETA, expuso cómo “nos sobraban los candidatos a concejal cuando el primer día de campaña te ponían un escolta y pasabas a formar parte del colectivo bajo la amenaza de una diana telescópica o de un dedo en la calle. Acabaron siendo ocho años con ángel de la guarda, un impacto personal pero más aún familiar en mi mujer y mis hijos que tenían seis y cuatro años”.

También se detuvo en “uno de los momentos más críticos de mi experiencia”: la aprobación de la ley de plazos del aborto. “Solo la podía concebir como mal menor. Me jugué el puesto, estaba en el gabinete político en la Moncloa. Conseguimos que, al menos, fuera reconocida la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios”, recordó.

Valores escatológicos y realidad

Este hecho, le llevó a comentar que “cuando te instalas en unos valores escatológicos y la realidad, sin embargo, espesa, es tentador romper la baraja. En último término, dimitir de la acción política y volver al calor de la parroquia”. Sin embargo, algo le hizo no abandonar: “Jesús no se fue, se mantuvo en pie, incluso viendo que tenía todas las de perder”.

Y al igual que puso ante los 2.000 participantes en el Congreso este instante crítico, también desveló “el mejor momento de estos años”:  “Fue cuando Ramón Jaúregui, a propuesta de la editorial PPC, en aquel libro de ‘Cincuenta cartas a Dios’ escribió: ‘Hoy no creo en ti, pero te tengo por aliado’”.

Su intervención concluyó señalado que “como dice el Papa Francisco, necesitamos políticos y políticas a quienes duelan los pobres. Señor, gracias por esta misión, sobre todo, gracias por tu compañía en los momentos de soledad”. Y cerró con una petición: “Danos vocaciones laicales a la política. Ahí también nos llamas esta misma noche a ser sal y luz”. Entonces, llegó el aplauso. Y la vigilia, continuó.

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