5 claves para entender la Jornada Mundial de la Vida Consagrada

Este 2 de febrero, presentación del Señor, se celebra el día de la vida religiosa, creado en 1997 por Juan Pablo II. Una jornada eclesial para celebrar el compromiso de los religiosos, institutos seculares y las nuevas formas de vida consagrada. Vida Nueva repasa 5 claves para comprender esta cita del calendario eclesial.



1. Una fiesta de Jesús

La fiesta del 2 de febrero tradicionalmente recoge la celebración de una tradición judía, la presentación de Jesús en el templo. Aunque no hay relato exhaustivo de esta escena es uno de los misterios del rosario a partir del cumplimiento legal que se cita en el segundo capítulo del evangelio de Lucas.

“Todo varón primogénito varón será consagrado al Señor” dice la ley de Moisés. La Sagrada Familia se muestra fiel a los preceptos judíos y 40 días después el primogénito llegó al corazón de Jerusalén. En clave con los textos de la Navidad, la celebración insiste en la continuidad-discontinuidad con las profecías del pasado y la novedad de Jesucristo.

2. Una fiesta con María

El tiempo de la presentación del nuevo niño judío coincidía con el tiempo marcado para la purificación de la madre. Por ello, la tradición cristiana ha convertido esta jornada en un día de advocaciones marianas con es el caso de Nuestra Señora de la Calle en Palencia o la Candelaria en Canarias.

En la liturgia hay una característica que la hace inconfundible: el lucernario. Se bendicen unas velas al comienzo de la celebración en recuerdo de la frase del anciano Simeón diciendo que Cristo es “luz para alumbrar a las naciones y gloria de Israel”.

3. Una idea de Juan Pablo II

El 2 de febrero de 1997, Juan Pablo II celebraba la primera jornada dedicada a la Vida Consagrada. En el mensaje que el papa polaco escribió ese año, tras haber firmado la exhortación apostólica ‘Vita Consecrata’ el 25 de marzo de 1996 señalaba que la jornada “quiere ayudar a toda la Iglesia a valorar cada vez más el testimonio de quienes han elegido seguir a Cristo de cerca mediante la práctica de los consejos evangélicos y, al mismo tiempo, quiere ser para las personas consagradas una ocasión propicia para renovar los propósitos y reavivar los sentimientos que deben inspirar su entrega al Señor”.

4. Un motivo de esperanza

El lema de la jornada de este año es ‘La vida consagrada con María, esperanza de un mundo sufriente’. La presidenta de CONFER, Mariña Ríos, subraya estas “tres realidades entrelazadas e inseparables en nuestra vida: María, esperanza y mundo sufriente”.

Para Ríos, acoger a maría y en ella al Dios que renueva la misión de los consagrados “nos lleva inevitablemente no solo a vivir con esperanza, confiadamente, abrazando el hoy y el futuro, sino también a ser mujeres y hombres que transmiten y contagian esperanza”. “Una esperanza recia que se transforma en compromiso cotidiano con el sufrimiento de nuestros hermanos, en palabra que anuncia con sencillez la cercanía de Dios, en presencia que permanece, como María al pie de la Cruz, al lado de los crucificados de nuestro mundo”, sentencia.

5. Un mundo que sufre

Una de las características de la vida consagrada es que esta siempre ha estado en las nuevas fronteras que iban surgiendo a lo largo de la historia. En la misiones, en las cárceles, en los colegios o centros de menores, encamaos de refugiados o hospitales, entre los excluidos de la sociedad… la vida religiosa ha vivido la pobreza, la castidad y la obediencia como semillas del Reino que crece.

La jornada der 2020 mira a este mundo sufriente, a pesar de que las cifras de las congregaciones tradicionales estén pasando por un invierno vocacional. El seguimiento de Jesús entre los más necesitados sigue siendo una distintivo específico de la vida consagrada del tercer milenio, rezando y trabajando.

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