El obispo de Tapachula gira instrucciones para atender a la nueva caravana migrante hondureña

  • Asegura que, como en otros casos, la postura del gobierno federal y el silencio del local, no permiten saber qué pasará con los migrantes al llegar a territorio nacional
  • “El Señor nos ha permitido hacer siempre este trabajo con generosidad, disponibilidad, humildad, discreción, eficacia y alegría”, afirmó Jaime Calderón

Una nueva caravana de migrantes ha salido de Honduras con destino a Estados Unidos. Actualmente atraviesa territorio guatemalteco, y se espera que en los próximos días llegue a suelo mexicano, aunque todavía es incierto por qué estado del país buscará ingresar. Por lo pronto, el gobierno federal ha enviado a miembros de la Guardia Nacional a custodiar la frontera chiapaneca.

Para la Iglesia católica mexicana, las declaraciones del gobierno federal y el silencio del gobierno estatal, muestran una postura oficial “ambigua y titubeante” al respecto, pues no se sabe si las personas que conforman la caravana podrán cruzar la frontera, llegar hasta Tapachula (Chiapas) o, incluso, seguir más allá del estado en busca del sueño americano.



A través de un comunicado, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón, aseguró que, ante esta incertidumbre, la comunidad católica debe prepararse para atender de nueva cuenta la emergencia; “nuestra familia diocesana de Tapachula siempre se ha distinguido por ser una Iglesia particular fraternal y solidaria que, desde su pobreza, se ha esmerado en mostrar el rostro misericordioso de Dios, siendo hospitalaria con los hermanos migrantes”.

Consideró que, fiel a su tradición, el rostro y la postura del pueblo chiapaneco será la del buen samaritano “que socorre a quien ha caído golpeado por la violencia de la vida y sufre las penas del camino en el afán de buscar mejores condiciones de vida para sí y para sus familias”.

Se comprometió a procurar que, en su estancia temporal o definitiva en el territorio de Tapachula, “los migrantes no acumulen más sufrimientos que las inclemencias que de por sí trae consigo un camino largo, tortuoso, accidentado, inseguro y violento”.

Con la estrategia que les permitió atenderlos en 2018

Calderón pidió a sus fieles que, “cada uno según sus posibilidades y responsabilidades”, procuren que a los migrantes no les falte alimento, no sean violentados ni asaltados en su paso por la diócesis, no reciban muestras de rechazo ni desprecio, “y sientan que caminan entre hermanos y como hermanos, no como extraños, ni aventureros, ni delincuentes, ni exiliados, ni despreciados”. (…) “Así como quisiéramos que trataran a nuestros paisanos irregulares en los Estados Unidos”.

El obispo dio indicaciones para que, que en caso de que los migrantes atraviesen por territorio diocesano, los Vicarios foráneos, en coordinación con la Pastoral de Migrantes y la Comisión de Emergencia, implementen la estrategia que les permitió atender a los hermanos de la gran caravana en octubre del 2018.

Y en caso de que los migrantes no fueran más allá de la Ciudad de Tapachula, “les pedimos hacer llegar al Albergue Belén o a la Casa de la Vicaría de Pastoral todo lo que hayan recibido para la atención de los hermanos de la caravana”, dijo.

“Preparémonos a asistir a los hermanos en su paso por nuestro territorio diocesano. El Señor nos ha permitido hacer siempre este trabajo con generosidad, disponibilidad, humildad, discreción, eficacia y alegría. Pidamos a Dios que nos ayude, una vez más, a hacer esta labor con un alto sentido de responsabilidad y de amor por nuestros hermanos”, concluyó.

Noticias relacionadas
Compartir