Misa por la Patria, en la Argentina: “la unidad es don y es tarea”

Para rezar por la paz y la unidad, los obispos de la Argentina, invitaron a la Basílica del Luján. Estuvieron presentes Mauricio Macri y Alberto Fernández, ambos con sus esposas y algunos miembros de ambos  gabinetes. Cabe destacar que Fernández asumirá la Presidencia de la Nación, el próximo martes.



La Misa fue presidida por el obispo de San Isidro y titular de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea. Concelebraron el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Scheinig; el obispo de Avellaneda-Lanús, Oscar Frassia; Jorge Lugones, obispo de Lomas de Zamora; Fernando Maletti, obispo de Merlo-Moreno; Carlos Malfa, obispo de Chascomús y secretario general de la CEA; el obispo de Zárate-Campana, Pedro Laxague, José Slaby, Obispo de la Prelatura de Esquel, y el auxiliar de Buenos Aires, Gustavo Carrara, además de otros sacerdotes.

Los motivos para convocar

Durante la homilía, Scheinig señaló que pareció oportuno invitar a rezar por la Patria en este lugar tan querido para el pueblo argentino, como es el santuario de Luján, lugar al que tanta gente, en el día de la Virgen, se acerca para agradecer y pedir.

María es una ayuda valiosa para agradecer y pedir por nuestra Patria, tan rica, tan diversa, con tanta historia e historias y al mismo tiempo, tan sufrida, enemistada, debilitada, tan necesitada”, expresó el arzobispo. Enfatizó que esta celebración no es la solución de los problemas, “pero estamos seguros que este gesto que estamos realizando juntos, habla por sí mismo”.

Invitó a pedir juntos, a Dios y a María, que vivamos una mística del nosotros, y que “en nuestros corazones crezca un sentimiento de unión que nos dé un sentido fuerte y místico de pertenencia a este querido pueblo…”. También a “pedir especialmente por la unidad”, que “es un don y es también una tarea

“Ninguna persona o grupo en soledad o aislado es la Patria. La Patria somos todos”, recordó. “Debemos hacer todo lo posible por resistir y no caer en la tentación de querer destruir al otro. En la Patria, el otro es mi hermana, es mi hermano”.

Scheinig expresó que lo que ya estamos viviendo en el mundo y en América Latina, no es fácil; necesitamos de todos porque “nadie sobra en esta construcción”.

Los argentinos “estamos agotados de tantos desencuentros y peleas”, y recordó que Francisco invita a vivir en una unidad que integra armónicamente las diferencias, similar a la figura del poliedro.

El llamado por los pobres

“Estamos llamados a cuidar a los pobres y eso significa también acompañarlos en sus vidas cotidianas, en sus búsquedas y en sus luchas legítimas, como así también escucharlos, reconocerlos y valorarlos”. Los pobres con sus realidades y situaciones, nos hablan de Dios, por eso “nos oponemos a que sean reducidos a un hecho sociológico o macro-económico. Deseamos que recuperen los derechos y las oportunidades a la que esta llamada toda persona humana”.

El prelado reclamó que, en nuestra Nación, “los pobres sean los hermanos más cuidados, a los que más queremos acompañar para que consigan su propia tierra, su techo y su trabajo”.

Y afirmó que será necesario “alcanzar juntos un pacto social, lograr políticas de Estado que perduren más allá de aquellos a los que les toque gobernar por determinado tiempo”. “Necesitamos escucharnos y volver a dialogar todas las veces que sea necesario”, sostuvo el titular de Mercedes-Luján.

Después de agradecer la presencia de los mandatarios, animó a los presentes a vivar a la Virgen, ya que desde este día la Iglesia argentina inicia el Año Mariano Nacional, en homenaje a los 400 años de la aparición de una imagen de la Virgen en Catamarca.

La celebración finalizó con una oración ecuménica e interreligiosa, momento en el que, miembros de las religiones presentes, dieron lectura a distintos párrafos del documento referidos a la fraternidad humana.

Crédito foto: Oficina de Prensa CEA

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