Obispo de Caroní denuncia una nueva masacre al pueblo pemón en el sur de Venezuela

  • 9 indígenas murieron acribillados a manos de grupos armados ilegales por el control de la minería en la zona de Icabarú
  • “Vaya mi oración al Dios Bueno por el descanso eterno de los fallecidos y mis sentimientos de condolencia”, ha expresado

Felipe González, obispo del vicariato apostólico del Caroní, en el sur de Venezuela, en el estado de Bolívar, ha denunciado en un comunicado una nueva masacre al pueblo pemón, en la que murieron acribillados 9 indígenas, a manos de grupos armados ilegales por el control de la minería, quienes estaban al mando de autoridades gubernamentales de la región, durante la antevíspera de la fiesta litúrgica de Cristo Rey en la zona de Icabarú, fronteriza con Brasil, donde se encuentra gran parte de yacimientos de oro y diamantes.

“Vaya mi oración al Dios Bueno por el descanso eterno de los fallecidos y mis sentimientos de condolencia y acompañamiento a los familiares y allegados de los difuntos”, ha dicho el prelado.

“¿Hasta cuándo tanto abuso?”

No es la primera vez que se registra una masacre de esta índole, desde que grupos armados –mejor conocidos como colectivos– afectos al gobierno de Nicolás Maduro, han tomado el control de la zona a fin de explotar a cielo abierto los yacimientos a costa de la vida de los pueblos indígenas, que sólo buscan proteger sus territorios.

El obispo de Caroní denuncia que “estamos terminando el año y van tres situaciones de este tipo con saldos de asesinados, perseguidos y desaparecidos en el Vicariato del Caroní, Gran Sabana: en Enero en Canaima. En Febrero, en Cumaracapai-Santa Elena y ahora, Noviembre en Icabarú”.

“En las tres situaciones se atisban y presumen los mismos componentes: unas cabezas de autoridades gubernamentales que dan órdenes desde la oscuridad, unos ejecutores armados, vestidos de verde o de capucha y unos indígenas pemones indefensos masacrados por protestar u ocupar espacios inadecuados que interfieren el dominio de los poderosos. ¿Hasta cuándo este abuso?”, sentenció.

Cúmulo de irregularidades

Son muchas las irregularidades presentadas al momento de las investigaciones de estos casos –advierte el prelado– quien se pregunta: “¿Qué dice la partida de defunción de los fallecidos? ¿Qué dice la autopsia? ¿La muerte fue causada por un paro respiratorio? ¿Qué ha sido de los culpables intelectuales y materiales?”.

“Es oportuno exigir a las autoridades competentes nacionales y regionales que se avoquen a revisar y solucionar estos casos con justicia y con verdad sin buscar chivos expiatorios a quien echarles la culpa para quedar bien con el yo no fui, fuiste tú”, asegura.

Situación insostenible

Indignado ante tanta indiferencia y obstaculización de la administración de la justicia, lo que equivale perfectamente a una violación flagrante de derechos humanos, el obispo ironiza que desde “aquel exprópiese [del fallecido Hugo Chávez] hasta el actual la culpa la tiene el Imperio [excusa de la plana mayor de Maduro], la situación no ha mejorado a Venezuela”.

“Es muy bonito hablar de paz y de alegría en estos días, próximos a la Navidad. Hasta es posible que a alguno de los familiares de los fallecidos le llegue un aguinaldo extra con el carnet de la patria o un pernil. Pero esto ¿puede suplir el hueco del hijo, del esposo, del papá que no está en la noche de Navidad o de Año Nuevo?”, se lamenta.

Toda esta situación genera olas migratorias al fronterizo Brasil, donde “las carpas brasileras de Pacaraima están llenas de emigrantes venezolanos buscando cómo entrar legalmente”,  porque “en Venezuela no pueden vivir. La población de Venezuela sigue disminuyendo”.

Foto: América Digital

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