La nueva ruta del arte de Rupnik en España

  • La obra del jesuita esloveno se puede contemplar ya también en Santo Domingo de la Calzada
  • Ocho ciudades españolas cuentan con trabajos de un artista que algunos consideran el Miguel Ángel del siglo XXI
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“Su obra no es arte sin más, es teología hecha arte”, dice Francisco José Suárez, abad de la catedral del Salvador de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja). Suárez habla del artista que está en boca de todos: el jesuita Marko Ivan Rupnik (Zadlog, Eslovenia, 1954). Y de la cripta que deja sin palabras. “Con el Milenario de Santo Domingo ya encima, quisimos proponerle que interviniera en la cripta donde se encontraban los restos, que se estaba en muy mal estado. Le perseguimos durante algún tiempo sin resultado. Estas Navidades quisimos hacer un último intento, y aceptó –narra el abad–. Enseguida se puso manos a la obra, y justamente en Semana Santa la inauguramos, pocos días antes de comenzar el Año Jubilar. Es fantástica”.

Y un ejemplo espléndido del arte de Rupnik, al frente del Centro Aletti en Roma desde 1991. “Él personalmente nos decía que la cripta es una de las obras de la que más satisfecho se sentía. Explica qué es la Iglesia, desde el bautismo a la Iglesia triunfante, el Reino de los Cielos, la Nueva Jerusalén, la Gloria celestial. Recoge mucha de la teología que él lleva dentro”, añade Suárez. Noventa metros cuadrados de mosaico, en los que ha incluido el milagro del Gallo y la Gallina, y un relicario de bronce. “Nosotros vemos la emoción que suscita la cripta –expone el abad–. Los que vienen se quedan embelesados. Estamos preparando una pequeña guía para que la gente pueda comprender teológicamente todo lo que desprende la obra de Rupnik. Quedará aún mucho más impactada”.

Un oratorio en Tarazona

Uno de los mayores conocedores de Rupnik –y gran amigo personal– es Eusebio Hernández Sola, obispo de Tarazona. “Cuando ves su obra no puedes más que quedarte admirado. Me ha pasado en la cripta de Santo Domingo, que es una preciosidad y una maravilla”, manifiesta. Hernández Sola posee en su casa de la calle San Antón un oratorio privado creado por Rupnik en abril del año pasado y dedicado a la Anunciación, aunque el propio artista denomina el mosaico como el de la “Virgen tejedora”. En la mano derecha lleva un ovillo de lana roja, imagen ya usada por los padres siriacos en el siglo IV que simboliza “como María teje el vestido humano de Dios”. Frente a ella, el arcángel Gabriel con las manos veladas. Y frente al mosaico una torre eucarística y el tabernáculo.

“Somos amigos desde hace cuarenta años. Lo conocí en Roma. Yo estudié en una Escuela de Teología y Derecho sobre la Vida Consagrada. El padre Marko era profesor de esta escuela, venía cada año a dar unas clases. Fuimos trabando una relación de amistad muy fuerte. Y cuando me nombraron obispo, me dijo que el día que quisiera me hacía una capilla en mi casa. Han pasado mucho tiempo, pero el día por fin llegó”, explica el obispo de Tarazona. “No hay otro misterio. La única razón es por amistad. Y porque él mismo me la ofreció –prosigue–. Y, por supuesto, yo estoy encantado. De otra manera, ¿cómo podría haberme hecho una capilla pequeña a mí un artista cuya obra está en las catedrales?”.

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