Fabio Baggio: “Acoger al migrante es justicia, no generosidad”

El subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados del Vaticano participa en el IX Congreso Hispano Latinoamericano y del Caribe sobre Teología de la Caridad en Madrid

Para Fabio Baggio, hay que poner en marcha “políticas eclesiales que trabajen en redes transnacionales y faciliten un ambiente que nos ayuden a acoger, proteger, promover, e integrar que actúen en los lugares de salida, tránsito, llegada y retorno”.

El subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral está convencido de que “no existen programas solo para refugiados o para migrantes, sino para todos. En el contexto eclesial nadie es extranjero. No pedimos pasaporte a nadie”.

Así lo ha puesto de manifiesto durante la ponencia que ha impartido en el IX Congreso Hispano Latinoamericano y del Caribe sobre Teología de la Caridad, que se celebra en El Escorial bajo el lema ‘El Ejercicio de la Caridad y la Cultura del Encuentro’.

Acoger e integrar

El misionero scalabriniano centró su exposición en dos de los cuatro verbos establecidos por el Papa Francisco en lo que a la cuestión migratoria se refiere: acoger e integrar. Y con una máxima: “Las migraciones no generan problemas sino oportunidades”.

“Nosotros tenemos razones teológicas para acoger al migrante que va más allá de las motivaciones políticas o sociales que tienen otros”, enfatizó para apostillar a continuación: “Es un acto de justicia, no un acto generoso”.

Globalizar la solidaridad

“Frente a la globalización de la indiferencia y la cultura del descarte, nosotros vamos a proponer la globalización de la solidaridad y la cultura del encuentro”, defendió el responsable vaticano. “Cerrar puertas y puertos me separa del otro”, reflexionó, para proponer que “las fronteras sean espacio de encuentro con el otro”.

Sobre las reacciones negativas hacia la migración, alertó de que “están fundamentadas sobre todo, pero no exclusivamente, en relación a la falta de preparación de las comunidades”. De ahí que se genere una sensación de “invasión”. “En España, por ejemplo, he notado que hay muchas políticas de acogida al migrante, pero no hacia las comunidades que reciben a los migrantes”, expuso, a la vez que defendió que “hay que empoderar a las personas para que estén preparadas para recibir al otro”.

Dinámicas bidireccionales

Baggio propuso una “activación de dinámicas interculturales bidireccionales” frente a una integración entendida simplemente como asimilación. Ante la tentación de que los autóctonos de perder su identidad cultural, el religioso presentó la migración como “un incentivo a redescubrir mi propia identidad y los elementos no negociables”.

En esta misma línea, se mostró preocupado por la narrativa “negativa y tóxica” que en algunos medios de comunicación se ha dado sobre el fenómeno migratorio, al vincularlo con el terrorismo. Así, lamentó que se haya generado una “campaña del odio” que favorece la discriminación, xenofobia y racismo. Desde ahí, hizo un llamamiento a los representantes de Cáritas a “visibilizar a millones de migrantes que están trabajando y sirviendo a nuestras sociedades hoy, que están siendo ofuscados por unos pocos criminales”.

No a la campaña del miedo

“Algunos partidos políticos están utilizando también la campaña del miedo y del temor, que nos sitúan primero a nosotros y después a los demás”, denuncio sobre un discurso “que nos recuerda a otros tiempos”. “El Papa ha sido especialmente duro a este respecto”, subrayó.

Frente al “fracaso sustancial de las medidas de contención” que, según él, solo ha favorecido a las mafias, Baggio propone una “gestión de los flujos con mirada al futuro”.

Respaldo a los pactos de la ONU

Baggio se mostró satisfecho por el respaldo que han recibido los pactos mundiales sobre migrantes y refugiados de la ONU tras su firma en diciembre en Marrakech: “Es logro importante pues, aún no siendo vinculante, se trata de un marco legislativo de referencia”.

Cuando Francisco creó este departamento vaticano en 2017, asumió para sí su coordinación. Pero, ¿es real?. “La dirección del Papa no es figurada, es real y nos reunimos una vez al mes durante hora y media”, aseguró. “Es un jefe muy generoso en materia de trabajo, no para darnos tareas”, bromeó.

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