El Obispo de Cuernavaca denuncia que Morelos vive la peor crisis de seguridad en su historia

  • Ramón Castro Castro lamentó que 453 personas hayan sido ejecutadas en los últimos tres meses y medio
  • “Aún estamos a tiempo de retomar el compromiso, y consolidar los vínculos de confianza, reconstruir el tejido social y recrear la paz”, aseguró

El estado de Morelos en México vive el peor momento de su historia en materia de seguridad, “el derramamiento de sangre es escandaloso y la forma de operar de los grupos criminales es cada vez más impune”.

Así lo denunció en plena Semana Santa el obispo Ramón Castro Castro, quien está al frente de la Diócesis de Cuernavaca, cuyo territorio se encuentra dentro de la entidad morelense, donde 453 personas han sido ejecutadas en los últimos tres meses y medio, según explicó el pastor.

Recuperar el respeto por la vida

Para Ramón Castro, estos días son una buena oportunidad para recapacitar y volver el corazón al camino del bien: “estamos a tiempo de retomar nuestro compromiso. No más violencia, no más asesinatos, no más feminicidios, no más violaciones, robos, secuestros, extorsiones”, pidió.

Aseguró que en este momento de crisis por la que atraviesa el estado, las familias necesitan recuperar la confianza, reconstruir el tejido social y recrear la paz, recuperando el espacio público.

En su mensaje, difundido por la Conferencia del Episcopado Mexicano, señaló que ante la ola de violencia y crueldad que sacude a esa entidad, los sacerdotes y él mismo hacen un llamado a todas las personas a ser constructoras de paz, “y que en estos días del Triduo Pascual sean el motivo para recuperar el respeto por la vida”.

Violencia imparable

En relación con  los casos de violencia que han ocurrido recientemente en Morelos, Ramón Castro puso como ejemplo que en el municipio de Cuautla se registró el asesinato de una familia en un restaurante, mientras que en Cuernavaca, 12 personas fueron asesinadas, dejando como saldo 24 muertos en cinco días.

“La inseguridad que vive Morelos es fuerte –añadió– la más grave de su historia, nunca antes tantas personas habían sido asesinadas en tan poco tiempo. Ante esta situación tan compleja, vemos un Morelos lastimado, dolido, enojado, pero también apático e indiferente frente a esta situación de violencia”.

Un problema de fondo

Para el Obispo de Cuernavaca, estos hechos constatan que “el problema es de fondo y se requieren acciones más concretas y una estrategia de paz que responda a este problema de ‘salud pública’, puesto que ‘la realidad de la inseguridad y violencia es compleja y multidimensional’”.

Por ello, llamó a las autoridades a que “no se cansen de procurar la confianza a la sociedad que vive atemorizada por la violencia. El pueblo ha expresado su deseo en el pasado proceso electoral. Que los compromisos de velar por la seguridad de las familias lo puedan cumplir”.

Admitió que no es una tarea fácil pero “con el esfuerzo de todos, podemos recuperar la paz que tanto anhelamos”; por lo anterior, invitó a todos los fieles cristianos y hombres de buena voluntad “a sumar esfuerzos por esta noble tarea, hagamos una sinergia todos para su promoción y construcción. Y esto tiene que empezar desde la familia”.

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