Wayne Robinson, de machacar los aros con el Real Madrid a consagrarse a Dios

  • Fue un mítico pívot del equipo dirigido por Lolo Sainz en los años 80, con seis títulos en tres temporadas
  • Tras dejar las canchas, volvió a Carolina del Norte y se consagró como pastor evangélico

Los más veteranos aficionados al baloncesto recuerdan perfectamente a Wayne Robinson, pívot norteamericano del Real Madrid en los años 80, cuando compartió vestuario, entre otros, con Juan Antonio Corbalán, Fernando Martín, Juanma López Iturriaga, Chechu Biriukov, Rafael Rullán, Fernando Romay o Brian Jackson.

Comandado por Lolo Sainz, en sus tres temporadas de blanco (de 1983 a 1986) levantó tres Ligas, dos Copas y una Recopa de Europa. Solo se le resistió la Copa de Europa, perdiendo en 1985 la final que jugó ante la Cibona de Zagreb, comandada por un tal Drazen Petrovic, “el Mozart del baloncesto”.

Problemas de corazón

Tras abandonar la disciplina blanca, se mantuvo en la ACB, jugando en el Cacaolat Granollers, aunque una dolencia cardiaca le haría retirarse de las canchas durante dos años. Aún pudo volver y jugar seis partidos en el TDK Manresa y firmar por el Alcalá, con el que jugó en la entonces llamada Primera División (inferior a la ACB). Una temporada después, consciente de que su tiempo había pasado, anunció que no se volvería a vestir de corto. La retirada, a sus 34 años, era la definitiva.

Fue así como volvió a Estados Unidos, concretamente, a su Greensboro natal, en Carolina del Norte. Allí, lejos de vivir de su fama o dedicarse al mundo de los negocios (como hizo en los dos años de su primera retirada), optó por servir a su comunidad. Primero, fundando academias para jóvenes en las que lo más importante que se les transmite es la pasión por los valores del deporte y lo que implica jugar en equipo. El siguiente paso, consumado en 1996, fue consagrarse pastor evangélico en el Centro Cristiano del Nuevo Milenio.

Enseñar a los jóvenes la Palabra

Él mismo ha contado, en una entrevista con la web oficial de la ACB, cómo compagina su vocación religiosa con la atención preferencial a las nuevas generaciones: “Los jóvenes de hoy representan la fuerza más brillante de la actualidad, la generación más preparada que haya habido. Enseñándoles la Palabra de Dios, les dejaremos preparados para conocer la verdad”.

A día de hoy, todos aquellos que vibraron con los mates, los tapones y los rebotes de este atlético pívot norteamericano, pueden seguirle la pista en su quehacer diario. Eso sí, ya en su nueva vertiente como pastor evangélico, escuchando los sermones del “pastor Wayne Robinson” en la misma web del Centro Cristiano del Nuevo Milenio.

Noticias relacionadas
Compartir