Blázquez: “Los abusos han llevado a una situación humillante y escandalosa que mina la confianza en la Iglesia”

  • El presidente de los obispos afirma que la Cuaresma está marcada por “una toma de conciencia profunda”
  • El cardenal recomienda “actuaciones decidas, pedir perdón y confiar en la misericordia de Dios”

Ricardo Blazquez

“Los abusos han llevado a una situación humillante y escandalosa que mina la confianza en la Iglesia”. Así lo ha puesto de manifiesto el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, en su carta correspondiente a la segunda quincena de marzo, que se ha hecho pública hoy, 16 de marzo.

El también presidente de la Conferencia Episcopal Española mira con preocupación la situación, pero cree que se puede superar. Y la única manera es “con actuaciones decidas, pidiendo perdón y confiando en la misericordia de Dios capaz de curar, de perdonar”.

El purpurado ha destacado en su misiva que esta Cuaresma está marcada por “una toma de conciencia profunda de los abusos de niños en la Iglesia”, que “urge de manera particular a la conversión”.

No a los abusadores y sí a las víctimas

En la misma, se ha referido también a la cumbre antiabusos celebrada en Roma a finales de febrero, en la que representaba a los prelados españoles. “Los casi 200 participantes hemos dicho sí a las víctimas, sí a escucharlas, acompañarlas, protegerlas y defenderlas ante los abusos de cara al futuro; y no tajante a los abusadores, a los encubridores, al silencio cómplice y al tratamiento inadecuado de los hechos delictivos”.

Por ello, Blázquez ha instado a desenmascarar estos hechos “que han dañado profundamente a las víctimas y han humillado a sus familias”. Asimismo, ha recordado que los cristianos, discípulos de Jesús, tienen “razones especiales para reprobar tales abusos”.

En la misma línea, el purpurado ha parafraseado a Jesús. “El que acoge a un niño como este en mi nombre me acoge a mí; el que escandalice a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar”.

Por último, el cardenal afirma en su carta que a los abusos, “dentro y fuera de la Iglesia”, hay que acercarse “para comprenderlo y para curarlo, para prevenirlo a través de todos los medios disponibles: sociológicos, históricos, psicológicos, psiquiátricos, pedagógicos, jurídicos, penales y también de orden evangélico, teológico y eclesial”.

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