Augusta, de vivir prostituyéndose en las calles de Freetown, a contar su historia a Tajani y Francisco

  • Atendida por el Centro Don Bosco Fambul, Jorge Crisafulli y los voluntarios cambiaron su vida
  • Misiones Salesianas y Don Bosco International han podido trarerla a Europa para ofrecer su testimonio
  • Bélgica no le daba permiso y estuvo un mes en Costa de Marfil, pese a la invitación vaticana y de la UE

Augusta es huérfana, vivió en la calle y se tuvo que prostituir en Sierra Leona para sobrevivir. Es una de las muchas chicas a las que los salesianos han cambiado por completo la vida en Freetown, la capital del país.

Allí, en el Centro Don Bosco Fambul (que significa “familia” en lengua crio), los religiosos impulsan todo tipo de programas con los que han conseguido que muchas niñas (gran parte de ellas sin familia a causa del ébola, por lo que además son señaladas como sospechosas de ser “brujas”), víctimas de abusos y de la prostitución forzada, estén saliendo adelante estudiando y trabajando.

Documental ‘Love’

En esta maravillosa historia, contada de un modo vibrante por el documental ‘Love’, promovido por la propia congregación, hay un protagonista que lo es a su pesar: el salesiano argentino Jorge Crisafulli, director del centro y quien acumula décadas de experiencia en África, latiendo con un pueblo que ya es el suyo.

Estos días, el religioso y Augusta, acompañados por Alberto López, miembro del Departamento de Comunicación de Misiones Salesianas en España, están viviendo una experiencia única: que la joven pueda contar su historia en primera persona a algunos de los principales representantes políticos y religiosos del mundo.

Mediación vaticana

Lo cuenta el propio Alberto López a Vida Nueva: “Los salesianos quisimos que ella contara su testimonio en Europa, pero desde Bélgica le negaron el visado con todas las cartas de invitación, incluso del Parlamento Europeo y del Vaticano”. Ante ese bloqueo, “tuvo que estar un mes en Costa de Marfil esperando la resolución y sin poder salir del país”. “La razón –lamenta– no la decían, pero era porque es africana, negra, mujer, joven y pobre…”.

Pese a todo, al final, llegó una solución dilplomática de última hora y han conseguido el objetivo. Ahora, el panorama para Augusta es completamente diferente, pues está ante la gran aventura de su vida: “Nunca había salido de Sierra Leona y, en menos de tres semanas, estará en siete países y montará trece veces en avión”.

Emocionó a los eurodiputados

Por el momento, “ya la ha recibido el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y ha emocionado a los eurodiputados con su testimonio. Es feliz ante cualquier cosa que ve y que jamás hubiera imaginado (una escalera mecánica, un ascensor, un lavavajillas…). Siempre tiene frío y echa de menos comer arroz y picante, pero su viaje está siendo tan agotador como rico en experiencias y fructífero en oportunidades”.

Hoy, jueves 21, la recibe la presidenta de Malta. Y, el miércoles 27, ni más ni menos, que el papa Francisco… Nos lo contará, claro.

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