El director de la Pastoral Obrera considera que muchos fieles están “muy precarios en el ejercicio del acompañamiento”

  • Juan Fernández de la Cueva habla con Vida Nueva con motivo de la celebración de las XXIV Jornadas Generales de Pastoral Obrera
  • “La solución de la precariedad tiene su raíz en la economía neoliberal que manda sobre la política”, señala

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“El acompañamiento es más que acoger y escuchar, es encarnarse, ver en el otro a Dios y actuar con actitudes evangélicas”. Con estas palabras explica a Vida Nueva Juan Fernández de la Cueva, director del Departamento de Pastoral Obrera de la Conferencia Episcopal, el objetivo de las XXIV Jornadas Generales la Pastoral, celebradas del 23 al 25 de noviembre en Ávila.

Las jornadas se han desarrollado bajo el título ‘Acompañar la precariedad’, pero el director de la Pastoral Obrera considera que, si bien en la misma naturaleza de la Iglesia está “el acompañar en la precariedad la vida de tantos trabajadores desde la encarnación”, en muchas ocasiones, por parte de “la mayoría de los fieles y de la práctica pastoral, no la ejercemos lo suficiente”. “Estamos muy precarios en el ejercicio de ese acompañamiento”, asevera.

En cuanto a las actitudes evangélicas a la hora de llevar a cabo este acompañamiento, destaca “la sacramentalidad de la impotencia compartida”, es decir, identificar el momento en el que “nos presentamos ante la gente necesitada sintiendo que también nosotros somos precarios porque no tenemos las soluciones”, ya que esta situación “nos capacita para no ser prepotentes y sin embargo nos ayuda a sentir la fuerza del Espíritu”.

Sumar fuerzas con otros colectivos

Por otra parte, subraya la importancia de unir “la compasión y la indignación” para no caer en actitudes paternalistas y fomentar el “cambio de estructuras”, ya que de esta manera se une “la caridad y la lucha por la justicia”. Fernández de la Cueva recuerda también que “Dios está con los precarios antes de que nosotros hayamos llegado, nosotros solo somos testigos de su presencia, su amor”.

Pero esa lucha por la justicia, sin embargo, no puede llevarla a cabo una sola persona. Ni siquiera una única organización. Por ello, destaca que es necesario “sumar fuerzas, unirnos a los otros colectivos que acompañan en la precariedad” y recuerda por ello que “las personas no somos individuos sino seres sociales y comunitarios”.

Buscar soluciones a la exclusión

Una de las experiencias presentadas durante las Jornadas ha sido el acompañamiento en barrios obreros de Andalucía, pero estos solo representan una parte de los “barrios ignorados, periféricos” que se dan en “cada ciudad” de nuestro país y que “la cultura del descarte pretende y consigue ocultar”.

Este acompañamiento realizado por algunos militantes no tiene como objetivo atender las necesidades más inmediatas, sino el reclamar a la administración respuestas que no solo sean ayuda sino arreglo de la estructura económica. “La solución de la precariedad tiene su raíz en la economía neoliberal que manda sobre la política”, señala.

Con el acompañamiento a estos barrios ha quedado de manifiesto que “las deficiencias” que sufren “no son solo la falta de servicios que provocan rupturas vitales en las personas y la convivencia en las familias”, sino que “todo esto aboca a mucha gente a un presente de exclusión carente de sentido o a un futuro sin esperanza, situación que se da especialmente en los jóvenes y parados de larga duración”.

Los jóvenes, motores de cambio

Por otra parte, el director del Departamento de Pastoral Obrera considera que la JOC y los movimientos juveniles “ejercen de motores de cambio”, ya que provocan entre los jóvenes “la conciencia de las causas de la precariedad, haciéndose valorar, uniendo las fuerzas de los que están en este intento de cambio”.

Del mismo modo señala que los movimientos cristianos especializados “han perdido el miedo” a que Iglesia y sindicatos vayan de la mano. Durante las Jornadas, “la experiencia de trabajo compartida ha sido de colaboración con los sindicatos” en el acompañamiento a personas que viven en precariedad. Sin embargo, también ha destacado que “echamos de menos y deseamos que los sindicatos estén abiertos a los parados que no están sindicalizados o ya están jubilados”.

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