Ein Karem, la iniciativa de la diócesis de Toledo para recuperar el ‘genio femenino’ de Juan Pablo II

  • Silvia Fernandez, responsable del proyecto, explica a Vida Nueva que este busca “poner en primer plano cómo y por qué la mujer ha sido creada”
  • “El proyecto de Dios para la mujer es responder a la llamada que le hace a ser única”, apunta

El proyecto Ein Karem surgió, como relata a Vida Nueva Silvia Fernández, responsable del mismo, “como una llamada a la necesidad de dar valor a la verdad sobre la mujer, a su vocación y al designio de Dios sobre ella”. Pero, sobre todo, para “ensalzar su complementariedad con el hombre, que es lo que Dios ha querido”.

Así surgió esta iniciativa de la sección de Fe y Cultura de la Delegación de Familia y Vida de la Diócesis de Toledo. “Con motivo de los 30 años de la publicación de la Carta Apostólica Mulieris Dignitatem hemos querido devolver a un primer plano el ‘genio femenino’, como decía San Juan Pablo II”, explica Fernández. En definitiva, su objetivo es “profundizar y dar gracias a Dios por la misión, la vocación y la dignidad de la mujer desde el arte y la belleza”.

Para ello, el proyecto se basa ha creado dos acciones distintas. La primera es la celebración de tres encuentros, donde cada uno tendrán como hilo conductor distintos textos bíblicos. La segunda iniciativa es la puesta en marcha de una revista digital. “En ella, igual que en los encuentros, hemos querido crear espacios de reflexión y diálogo en las distintas comunidades parroquiales y familiares de mujeres creyentes y no creyentes para ahondar en el verdadero sentido de la feminidad”, indica Fernández.

La mujer, evangelizadora de la Verdad

“Nuestro proyecto mantiene el papel que determina el evangelio y el Magisterio”, señala Fernández. “La clave”, dice, está marcada “por el relato de la Visitación de la Virgen a Santa Isabel, del que se puede extraer que las mujeres somos gestantes, custodias y portadoras del mensaje de Dios Padre hecho vida en Cristo Jesús y en el Evangelio”.

No busca “enfrentarse a nadie”, sino poner en un primer plano cómo y por qué la mujer “ha sido creada y cómo todo eso es complementario a la creación del hombre, que como proyecto común se aman y por tanto, son imagen del Creador”. “El proyecto de Dios para la mujer es responder a la llamada que le hace a ser única y complementaria según el designio de Dios y ser evangelizadora de la Verdad en todos los aspectos de su vida y de alcanzar la santidad”, apunta.

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