“Debemos estar preparados para que los jóvenes nos corrijan”, señalan los padres sinodales

  • Jesuitas, Dominicos y Franciscanos han expuesto hoy su visión de la realidad juvenil en la Sala Stampa del Vaticano
  • Arturo Sosa mantiene que los jóvenes se enfrentan a “populismos ingenuos y nacionalismos discriminantes”

Briefing de prensa en el Vaticano con motivo del Sínodo sobre los jóvenes

“No existe una división entre la Iglesia y los jóvenes”. Son las palabras de Marco Tasca, ministro general de la Orden Franciscana de los Frailes Menores Conventuales, en el briefing celebrado hoy, 15 de octubre, en la Sala Stampa de la Santa Sede con motivo del Sínodo de los Obispos sobre ‘los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional’. Durante su intervención, hoy copada por los superiores mayores, ha recalcado que “la escucha es bidireccional, es decir, debemos corregir a los jóvenes, pero también debemos estar preparados para que ellos nos corrijan, esto significa escuchar, para escuchar hay que acoger, hay que interiorizar”.

El padre Tasca ha manifestado que “los jóvenes quieren participar activamente en la Iglesia y no quieren ser solo parte del problema, sino parte de la solución”. Además, citó un problema que “interesa a los jóvenes” y en el que hay que profundizar: la ecología. Sobre el mismo ya han debatido en los círculos menores, como ha confirmado.

Por su parte, Arturo Sosa, prepósito general de la Compañía de Jesús, ha hecho hincapié en que los jóvenes viven “en medio de una creciente desigualdad social entre países del mundo, la falta de voluntad política y el debilitamiento de la democracia, que da paso a populismos ingenuos, nacionalismo discriminantes y personalismos arbitrarios”. Del mismo modo, ha aludido a “la presencia de nuevos y viejos rostros de la violencia.

Un mundo digital

Por otro lado, Sosa ha destacado como un signo de los tiempos, “la conciencia creciente de estar habitando en un nuevo mundo, el mundo digital, que no se limita al desarrollo de las tecnologías o a un cambio radical en las formas de comunicación, sino que supone una auténtica transformación antropológica, cuyas características y consecuencias apenas logramos ver”. Tampoco ha querido dejar pasar la oportunidad de aludir al fenómeno migratorio, “las causas que lo producen y el trato que reciben los desplazados”, que “indica cuanto aun debemos hacer por los jóvenes y su futuro”.

Bruno Cadoré, maestro general de los Dominicos, intervino para recalcar que “el Sínodo quiere pasar de una actitud de escucha a una actitud de diálogo, la preparación del Sínodo ha sido muy detallada con el deseo de escuchar a los jóvenes de la Iglesia, pero también a los jóvenes que están fuera, a los no creyentes”. Porque “el interés de este Sínodo es dar a conocer la gran variedad de los jóvenes en la Iglesia y en el mundo, gran variedad de culturas y tradiciones históricas diferentes”, ha añadido.

Cadoré ha hecho hincapié en “dialogar con los jóvenes y no seguir caminos preestablecidos hacia el documento final del Sínodo”. “Debemos acoger a los jóvenes –ha continuado–, esto significa acoger su diversidad, descubrir que la acogida ayuda a cambiar a los jóvenes”.

Por último, Silvia Teresa Retamales, miembro del Observatorio Socio-Pastoral de los Jóvenes de Chile, que participa en la asamblea como auditora, ha incidido en que en el Sínodo “hay una actitud de escucha y nos podemos expresar libremente”. En su caso, Retamales ha resaltado la necesidad de que “el rol de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad sea más representativo”.
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