Pedro Luis Cea: “Si no contagiamos la alegría de la fe, no podemos llegar a nadie”

  • El presidente de Cristianos Sin Fronteras (CSF) cuenta la experiencia de Encuentros Misioneros Silos
  • Destaca que Francisco ha roto moldes con el “hagan lío” que ha movilizado a tantos jóvenes

Como cada año, Cristianos Sin Fronteras (CSF) se ha tomado en serio la llamada de Francisco a “armar lío” y ha convocado en la comunidad benedictina de Silos a unas 170 personas provenientes de distintas parroquias, colegios y familias. En este entrevista, su presidente, Pedro Luis Cea, muestra a Vida Nueva su creencia de que, cada vez más, las Iglesias locales están despertando y quieren ser auténticamente misioneras.

PREGUNTA.- ¿Cómo han ido este año los Encuentros Misioneros Silos?

RESPUESTA.- Muy bien. Los celebramos del 13 al 22 de julio y han venido asistentes de diferentes ámbitos. Es cierto que han sido menos que otros años, pero es porque cada vez hay más ofertas de este tipo para las comunidades cristianas.

P.- Este año, por cierto, habéis incluido novedades en el programa…

R.- Desde hace unos seis años vamos en la línea de hacer un encuentro para todos, sin distinciones de edad, que es lo que conocemos como Encuentros Misioneros Silos. Pero sí, en esta edición hemos hecho un aparte con chicos de entre 12 y 18 años. Ha sido la Operación Futuro, contando con 20 jóvenes.

Primero han estado el fin de semana del 20-22 de julio, coincidiendo con el resto del encuentro. Y, cuando ha terminado este, hemos organizado una marcha de peregrinación de cinco días. Ha sido una gran celebración que ha dado muchos frutos, pues los chavales, además de los momentos de fiesta y oración, han compartido muchos momentos de charla con los lugareños, conociendo de un modo aterrizado a estas comunidades locales.

Un tercer momento será el fin de semana del 15 y 26 de agosto, cuando celebremos lo que llamamos Multifestival. Si nuestro eje fundacional es la animación misionera, nuestro segundo motor es el fomento de la cultura cristiana en su diversidad. Eso es lo que buscamos con este encuentro: mostrar la riqueza de nuestra cultura a través de la música, las exposiciones, los talleres, las charlas… Será otro punto muy importante en nuestro camino.

Están abriendo los ojos

P.- ¿Qué chispa falta en tantas comunidades cristianas para que sean realmente misioneras?

R.- Lo cierto es que percibo que muchas comunidades están despertando y abriendo los ojos, conscientes de que la necesidad de la misión no corresponde solo a los curas, sino que es algo que corresponde a todos los miembros de una Iglesia local, imitando lo que ocurrió en los tiempos de los primeros cristianos, cuando se guiaban por la premisa del “mirad cómo se aman”.

Tal y como lo sentimos en CSF, la misión requiere de dos cosas esenciales: que el que quiera difundir la Buena Noticia tenga antes que nada un encuentro personal con Dios y, cuando este se dé, que propicie ese encuentro con el hermano. Sin ese primer encuentro personal con Dios no puede haber una motivación para ser misionero. Por cierto, esto es algo que muestra lo que siempre decimos: nosotros no organizamos campamentos, sino encuentros.

Un Jesús abajado

P.- ¿Hasta qué punto el pontificado de Francisco va a dejar un poso de alegría en la vivencia de la fe y la misión en nuestras Iglesias locales?

R.- El camino se inició tal vez con Pablo VI, pero, por lo pronto, Francisco ya ha dicho algo que no ha pedido otro papa: el “hagan lío”. Ese tratar de mostrar nuestra alegría el fundamental, pues, si no contagiamos eso, no podemos presentar una opción de vida tan interesante como la nuestra y llegar a la gente.

Bergoglio es el papa de la humanidad, partiendo de la necesidad de salvar a la persona y poniendo por detrás los conceptos, pues sabe que este es el modo de acercar a los alejados a Dios. Ratzinger nos dejó una joya con su obra sobre la vida de Jesús de Nazaret, pero Francisco ha ido más allá en un esfuerzo por acercarnos a Cristo en nuestra vida diaria.

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