La Iglesia venezolana sobre tragedia de Carabobo: “Lo ocurrido se inscribe en una fatídica crónica anunciada y denunciada”

  • La CEV pide al gobierno encarar “con verdad y autenticidad las causas y circunstancias, para proceder con justicia, responsabilidad y eficacia”
  • Los obispos se pronuncian a favor de un “mejor trato humano y jurídico, para que los muchos reclusos que hay en el país tengan una vida digna en medio de estar privados de libertad”

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), por medio de un comunicado firmado por la Presidencia y por la Comisión de Justicia y Paz, expresó su preocupación ante los sucesos acaecidos en la comandancia de policía de en el estado de Carabobo, ubicado en el centro del país, considerando como “deber cristiano primario hacerse presente, con una palabra de cercanía fraterna, de denuncia moral y de esperanza compasiva”.

Silencio y sospecha

Ante los lamentables hechos –referidos por Vida Nueva– que dejó 68 reclusos muertos tras el motín que registrado el pasado miércoles 28 de marzo, los obispos venezolanos lamentaron “el trágico saldo de numerosas personas fallecidas, probablemente otras heridas, familias presas de dolor, aumentado por el silencio y la sospecha de que no se quiera encarar la verdad de los hechos”.

Con “profunda consternación”, la Iglesia venezolana hizo llegar al conjunto de familiares de las víctimas sus “sentimientos de sinceras condolencias, de solidaridad humana y cristiana, de comunión en la oración ante el Padre de bondad y misericordia, para que acoja en su bondad a los fallecidos y acompañe con el bálsamo de la paz interior y la esperanza cierta a sus seres queridos”.

Cercanía samaritana

Ofrecemos también, con espíritu de misericordia y cercanía samaritana, los servicios que la Iglesia Católica tiene en su pastoral penitenciaria, integrada por sacerdotes, religiosas y laicos, para acercarse y atender espiritual y físicamente en la medida de nuestras posibilidades tanto a los privados de libertad como a sus familiares y personas cercanas”, agregaron los obispos.

De igual forma, la CEV manifestó su firme rechazo ante la tragedia y pidió a las autoridades encarar “con verdad y autenticidad las causas y circunstancias de lo ocurrido, para proceder con justicia, responsabilidad y eficacia”.

“Entretanto no es temerario afirmar que lo ocurrido se inscribe en una fatídica crónica anunciada y denunciada, habida cuenta de la cadena de imprevisiones, carencias, distorsiones y complicidades que imperan en el entramado judicial, policial y penitenciario”, puntualizaron los obispos venezolanos.

“Atrevámonos a la verdad”

En dos reclamos, la CEV resume los sentimientos y las expectativas más sentidas: “basta ya” y “atrevámonos a la verdad”.

En el primero hacen clara referencia a los venezolanos “crucificados por el dolor, la angustia, la injusticia, porque hay que devolver su lugar de honor a la presunción de inocencia mientras no haya condena firme y porque incluso el culpable de delito debe ser tratado siempre con respeto en sus derechos humanos básicos y la expectativa de su reinserción social positiva”.

El segundo reclamo también es una invitación a la reconciliación, bajo la inspiración del Evangelio de Juan (8,31): “La verdad nos hará libres”, acentuando algunas variantes de la verdad como la “verdad de investigación correspondiente, exhaustiva y convincente. Verdad política de asumir las consecuencias de responsabilidades o culpabilidades por acción u omisión. Verdad ética y espiritual de conversión, de cambio de rumbo, de nueva humanización como personas y como pueblo”.

No perder la esperanza

En clave de aliento, la CEV fija su mirada “en el horizonte del Domingo de Resurrección, de la Pascua o paso del Señor”, que indefectiblemente corresponde a la esperanza.

“No basta con indignarnos y denunciar, unámonos a las muchas instituciones de iglesias o de organizaciones privadas que trabajan por el adecentamiento y mejor trato humano y jurídico, para que los muchos reclusos que hay en el país tengan una vida digna en medio de estar privados de libertad”, concluye el comunicado de la Iglesia venezolana.

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