El rostro de la campaña de Cuaresma en Chile, asesinado por una “bala loca”

  • La violencia entre bandas rivales dio muerte a Luis Ceballos, protagonista de la iniciativa “Cuaresma de Fraternidad” de la Iglesia chilena
  • Este laico de 83 años posó junto a su mujer para sensibilizar sobre proyectos de acción social para mayores

Luis Ceballos, laico asesinado en Chile protagonista de la campaña Cuaresma de Fraternidad

“Una vez más, en la historia de La Legua, falleció alguien inocente”, dijo con el rostro tenso de rabia y dolor, Gerardo Ouisse, párroco de San Cayetano, en la población La Legua, sector sur de Santiago. “En nuestra población, agregó, estamos cansados de estos disparos. Una bala loca no existe; es la persona que dispara la que es loca, insensata, sin saber quién va a recibir la bala”.

Esta vez la víctima fue Luis Ceballos González quien recibió un disparo mortal hecho por un desconocido durante una balacera en la calle donde vivía, a media tarde del pasado jueves. Ceballos, de 83 años, era integrante de la comunidad parroquial junto a su esposa, Fresia Calderón, con quien se casó en esa parroquia hace 63 años. Desde el año 2016 ambos eran una de las parejas rostro de la campaña Cuaresma de Fraternidad, organizada por la Conferencia Episcopal de Chile, que estos últimos años tiene a los adultos mayores como objetivo.

Esta campaña invita a llevar una vida austera durante el tiempo de Cuaresma generando ahorros que durante la Semana Santa se entregan a la parroquia destinados a financiar proyectos de acción social. Este año, como los dos anteriores, sus beneficiados son los adultos mayores. Por eso, en la publicidad se muestran rostros de parejas mayores que participan activamente en comunidades parroquiales.

Población estigmatizada

El secretario ejecutivo, José Tomás Silva, explicó a “El Mercurio” que habían elegido matrimonios de la población La Legua “porque esa población es muy estigmatizada, vive situaciones de violencia, de narcotráfico. Por eso dijimos qué mejor que comunicar allí una luz de esperanza”.

El párroco Ouisse, de origen francés, atiende esta parroquia hace varias décadas y ha sido un fuerte luchador contra la droga. Presidió la eucaristía con que la comunidad despidió a Ceballos. “No más balas”, “queremos paz”, se leía en letreros en los muros del templo.

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