The Honest Body Project: cuerpos de mujeres (de verdad) que hablan

  • El proyecto de la fotógrafa Natalie McCain muestra testimonios reales de belleza natural
  • Da voz a las mujeres que reaccionan contra la tiranía de la despersonalización y contra la presión irreal y dañina que pesa sobre ellas
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madre con hijo jugando al escondite

Mujeres de diferentes edades, procedencia y clase social cuentan y se ofrecen a la mirada del objetivo sin miedo de mostrar ojeras, estrías, cicatrices y kilos demás: mujeres normales, tomadas en poses naturales son protagonistas del proyecto fotográfico titulado The Honest Body Project y nacido en 2015, en una pequeña ciudad de Florida, de una idea de la fotógrafa Natalie McCain.

Mujeres, procedentes inicialmente de la comunidad de McCain en Florida, han contado a la fotógrafa sus historias de maternidad alegre o sufrida, de rescate de la violencia sufrida, de resistencia a la enfermedad atravesada, de depresión dejada hace poco a las espaldas, de luto, de vergüenza, de lucha contra las convicciones sociales: las imperfecciones físicas mostradas, la historia que las acompañan constituye esta vez su punto de fuerza, en cuanto cifra de unicidad y honestidad, de aquí el título del proyecto. Los cuerpos de las mujeres fotografiadas muestran una belleza natural, rehúyen de todo “deber ser”, de todo estándar de belleza impuesto por una sociedad controlada por un poder mayormente masculino, fuerte en una vida de la cual lo físico es espejo. (…)

La técnica del blanco y negro usada para los retratos del Honest Body Project, además del negro elegido como único color de las indumentarias íntimas, compone una especie de frescos de Caravaggio, donde la luz esculpe y hace emerger la figura que se silencia siempre y solo sobre un fondo oscuro: la atención del espectador se concreta no sobre los particulares anatómicos, sino sobre la energía emotiva que la representación emite. Los cuerpos, fotografiados en su “natural imperfección”, en vez de fisicidad deformada se presentan como verdaderos “romances de formación”, testimonios de un vivido a menudo dolorido y contrarrestado, pero siempre “en conversión”, por tanto, combativo y confiado.

The Honest Body Project da, por tanto, voz a la reacción de las mujeres a la tiranía de la despersonalización, de la uniformidad que castiga la exclusión, subrayando sin embargo, como decisiva, la elección personal, el desafío a las convicciones, el cansancio cotidiano en el caso de los retratos, con el niño en el seno, de mujeres que han decidido alargar la lactancia, desafiando una ya tristemente difundida vergüenza social; o en el caso de jovencísimas que, embarazadas y abandonadas por la pareja, han elegido no abortar y combatir para educar solas al hijo; o en el caso de los retratos de madres que no están en forma después de la maternidad, aun así realizadas y sonrientes.

Precisamente respecto a esto Natalie McCain insiste, para contrastar la presión irreal y dañina que pesa sobre las mujeres para que “vuelvan como antes”, como queriendo cancelar los signos de una experiencia radical, física y mental como el embarazo. Ahora les corresponde a las madres transmitir imágenes sanas del cuerpo a la próxima generación de mujeres y hombres que están creciendo, para educarles a mostrar sin temor la propia verdad, para educar de tal manera en el respeto de la alteridad. (…)

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