El rol de la Iglesia en la veeduría del cese entre Gobierno y ELN

Más de 20 jurisdicciones eclesiásticas están involucradas en el acompañamiento

La Comisión de Conciliación Nacional (CCN) socializó el protocolo sobre participación de la Iglesia Católica colombiana en la veeduría del cese al fuego entre el Gobierno y el ELN. Según lo acordado, éste se extendería hasta el 9 de enero próximo.

El documento de doce páginas fue dado a conocer durante un encuentro con representantes de las veinte jurisdicciones eclesiásticas cuyas zonas coinciden con las regiones donde opera la guerrilla actualmente.

El obispo de cada una de estas zonas tiene la responsabilidad de crear un comité a nivel local para fines del acompañamiento del mecanismo. Éste involucra, también, a la misión en Colombia de las Naciones Unidas y a las partes de la negociación.

Dar orientación sobre las dinámicas locales a los expertos nacionales e internacionales que arriben a los territorios; posibilitar su contacto con sectores organizados de la comunidad; y recepcionar información y realizar reportes de la misma a las partes del mecanismo son las tres principales medidas de cooperación de las comisiones diocesanas a nivel de veeduría. A través de la secretaría técnica de la CCN, el episcopado apoyaría la complementación de la línea base de información, garantizaría su rigor y sistematizaría novedades reportadas por las comunidades.

“En lo que compete a las labores de verificación, la Iglesia aportará con su presencia signos de confianza y acogida al tramitar con respeto las solicitudes y controversias locales”, explica el documento. El doble propósito de prevenir e informar sobre cualquier inconveniente violatorio del acuerdo requiere, según la CCN, neutralidad política e imparcialidad orientada a la protección de la vida y la dignidad de las comunidades.

“Nosotros, que estamos en el territorio y conocemos el conflicto, sabemos que las dinámicas de la paz tienen que seguir un camino diferente al del combate y la eliminación del otro”, ha dicho Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó, miembro de la comisión de la Conferencia Episcopal que acompaña el diálogo entre ELN y Gobierno.

Según el prelado, el trabajo de estas comisiones exigirá de parte de la Iglesia oración, reflexión y acción. Su recomendación para las jurisdicciones es detenerse en el estudio de la historia general del conflicto en Colombia y en cada región; comprender las dinámicas del ELN y revisar el desarrollo del diálogo en proceso; buscar una mejor comprensión del trabajo de la ONU y aterrizar en la nueva misión los criterios pastorales dados por el Papa durante su reciente visita a Colombia.

“Nosotros no estamos aquí ni para posicionar al Gobierno ni para posicionar políticamente al ELN, sino para defender a las comunidades, para ser sus voceros y hacer un acompañamiento en nombre de Cristo”, ha advertido el prelado.

 

Acuerdo Humanitario Ya

Además de la influencia del viaje apostólico del papa Francisco por Colombia, es de resaltar el eco que tuvieron en medio de las negociaciones entre el Gobierno y el ELN las exigencias de la iniciativa Acuerdo Humanitario Ya, de las organizaciones étnico-territoriales de Chocó, uno de los territorios más afectados por el conflicto. “Hoy más que nunca se ve una real participación de los chocoanos en el ejercicio“, ha dicho Pacipaz, un medio de comunicación local. En gran medida, a este iniciativa se le debe el impulso que llevó a la toma de decisión definitiva en la Mesa de Quito sobre el cese bilateral del fuego.

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