Un sacerdote entre los postulados para dirigir la Unidad de búsqueda de personas dadas por desaparecidas

El padre Henry Ramírez, misionero claretiano, lleva más de 20 años acompañando a familiares de víctimas

El padre Henry Ramírez, misionero claretiano (a la izquierda en la foto), fue postulado para ser director de la Unidad de búsqueda de personas dadas por desaparecidas, cargo que se definirá a finales de septiembre en el marco de la implementación de los acuerdos entre el Gobierno y las FARC. La iniciativa fue liderada por el Movimiento de Crímenes de Estado, la Mesa de Trabajo sobre Desaparición Forzada de la Coordinación Colombia-Europa-Estados Unidos, la Ruta Pacífica de Mujeres, entre otras organizaciones.

En su carta al Comité de Escogencia del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, las organizaciones que promovieron su postulación destacaron que durante más de 20 años el religioso ha acompañado a familiares de víctimas de desaparición en labores de búsqueda, exhumación, identificación y entrega digna de cuerpos en Chocó, Antioquia, Meta y Guaviare; igualmente, que, en calidad de defensor de derechos humanos, participó en la elaboración del Protocolo humanitario de Exhumaciones, generando puentes de confianza entre los diferentes actores: familiares de víctimas, defensores de derechos humanos acompañantes internacionales y la institucionalidad.

En un reciente conversatorio sobre el proceso de paz desarrollado en la sede de la Conferencia de Religiosos de Colombia, el claretiano dio cuenta de las razones que lo llevaron a aceptar la postulación. A su parecer, si la Iglesia aporta en este proceso logrará no solo contribuir a la sanación de heridas, sino también resarcir errores que ha cometido históricamente. Muchas veces las labores de búsqueda de personas desaparecidas se han visto obstaculizadas por cuenta de sacerdotes que en zonas rurales ejercen como administradores de cementerios sin una adecuada conciencia frente a la problemática.

El padre Henry señaló la urgencia de propiciar la formación en relación con este desafío pastoral que necesita ser asumido y dignificado. “El universo de víctimas de desaparición forzada supera los 60.000 casos, a nivel de subregistros”, explicó. Según afirma, se deben generar mecanismos de articulación eclesial para sensibilizar respecto a “un tema del cual poco se habla en el país”, y ante el cual, según afirmó, la Iglesia Católica está poco presente, pudiendo hacer mucho más, desde su misión pastoral y su dimensión litúrgico-sacramental.

(Foto: Henry Ramírez)

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