(Maite López Martínez) Adentrarse en el panorama músical cristiano de Latinoamérica es, ciertamente, entrar en un nuevo mundo. Para comenzar, quizás sea imprescindible mencionar a uno de los mejores y más conocidos grupos (también en España): ‘Siembra’. Nacieron en el Perú de los 70, espontáneamente y sin pretensiones de dedicarse a la música, para cantar las canciones que les gustaban, las que ayudaban a dar sentido a lo que estaban viviendo a nivel político, social y eclesial: temas de Víctor Jara, Violeta Parra, César Isella, Sabia Nueva o Silvio Rodríguez, entre otros.
Su buen hacer como músicos e intérpretes y, sobre todo, sus profundas convicciones, hicieron que, poco a poco, fueran invitados en diferentes lugares y actividades de su país. El 5 de marzo de 1979 formalizan su actividad y constituyen el grupo ‘Siembra’.
Comprometidos con su realidad y con su fe, se han caracterizado por una vitalidad poco común y han sembrado de buena música cientos de comunidades y miles de corazones. Su discografía a lo largo de estos años es rica y abundante. Consta de 19 títulos en solitario y otros ocho en colaboración con otros grupos, con temas excelentes desde el punto de vista musical (marcado por el ritmo de su tierra, algo que constituye uno de sus grandes atractivos), así como por la hondura y compromiso del contenido (destacando Señor de la esperanza, Te ofrecemos nuestra vida o Antes de formarte te conocía). Desde 1997, el grupo lo forman Eduardo Salas Arce, Ynés Franco Ochoa, Jaime Montoya Ayala y Enrique Mesías Cárdenas, aunque por sus filas han pasado hasta diez músicos, entre los que destaca Gilmer Torres, fundador y autor de la mayoría de las canciones que forman ya el repertorio propio del grupo.
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En el nº 2.696 de Vida Nueva.
