Sicilia, siglo XX

Baarìa

(J. L. Celada) En Cómo se hace una tesis, Umberto Eco sugiere que “cuanto más se restringe el campo, mejor se trabaja…”. Un sabio consejo que, por desgracia, su paisano Giuseppe Tornatore parece no haber tenido en cuenta al afrontar la que podría considerarse su obra más ambiciosa: Baarìa, algo así como ‘el cine hecho enciclopedia’, un trabajo concebido para doctorarse definitivamente en este oficio, pero que acaba convertido en un grandioso ejercicio de autocomplacencia.

Debe su título esta cinta a la ciudad donde nació, creció y vivió hasta los 28 años el director de la recordada Cinema Paradiso (1988). Y no sólo resulta comprensible, sino hasta enriquecedor, que sitúe su nueva creación en aquella Sicilia de su infancia y juventud. Acotar el espacio nos ayuda a familiarizarnos con él y con los personajes que lo pueblan. Ahora bien, estirar el tiempo en el que se desarrollan los hechos a lo largo de medio siglo (1930-1980) provoca tal sensación de atropello narrativo, que ni sus dos horas y media de metraje logran ennoblecer este pasacalle de sucesos.

La cuidada puesta en escena (un centenar de localizaciones, 35.000 extras, más de dos años de rodaje… ) y la siempre ajustada banda sonora del veterano Ennio Morricone compensan de algún modo las graves carencias de esta megahistoria con tintes autobiográficos, sobre todo dos ‘debilidades’ que, a la postre, perjudican decisivamente el resultado final: la simplificación y la nostalgia. Ni una ni otra se antojan el mejor camino para rememorar los acontecimientos vividos por esas tres generaciones de una misma familia, y mucho menos durante períodos de una época (fascismo, guerra, postguerra…) que invitan poco a la añoranza.

Bien es cierto que, en un retablo de tales proporciones, cabe casi todo: risa y llanto, política y cine (¡eterna metáfora del hogar, la patria, la existencia…!), penurias y sueños… Sin embargo, la puntual fuerza dramática o el esmerado tono costumbrista de no pocas estampas que nos regala este inmenso fresco (humano, social e incluso histórico) pierden todo su peso y credibilidad en el conjunto de un guión que pica aquí y allá en episodios a los que cualquier producción –sin tantas pretensiones aunque con mayor manejo del medio– hubiera dedicado algo más que unas escuetas líneas de diálogo o unos cuantos planos.

Un país como Italia, cuna y escuela del neorrealismo, revivió hace unos años La mejor juventud de ese movimiento de la mano de Marco Tullio Giordana. Si Baarìa aspiraba también a reverdecer tan inolvidable estilo de entender el cine, es momento de advertir aquí que Tornatore ha fracasado en su intento. Le queda el consuelo de que, en este arte, siempre está a tiempo de doctorarse… y sin necesidad de tesis.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Baarìa

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Giuseppe Tornatore

FOTOGRAFÍA: Enrico Lucidi

MÚSICA: Ennio Morricone

PRODUCCIÓN: Tarak Ben Ammar y Marina Berlusconi

INTÉRPRETES: Francesco Scianna, Margareth Madè, Nicole Grimaudo, Ángela Molina, Lina Sastri, Salvo Ficarra, Valentino Picone, Gaetano Aronica, Alfio Sorbello

En el nº 2.709 de Vida Nueva.

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