Papiros a la luz de Internet

El CSIC y la Universitat Pompeu Fabra abren un portal que exhibirá unos 4.000 papiros bíblicos

(Juan Carlos Rodríguez) El saber de la Antigüedad a un clic. Eso es el proyecto Dvctvs.com, el portal de papirología que pone al alcance de la sociedad y de la comunidad científica internacional manuscritos desde el siglo VIII a.C. hasta el X d.C., procedentes de las dos grandes colecciones de papiros más importantes de España, la de la Abadía de Montserrat –denominada colección Roca-Puig– y la de la Compañía de Jesús, conocida como la colección Palau-Ribes, a las que se ha unido también la procedente de la Fundación Pastor de Estudios Clásicos, que comenzará a digitalizarse y documentarse en breve.

Según Alberto Nodar, director del proyecto y profesor del Departamento de Humanidades de la Universitat Pompeu Fabra, el portal aspira a reunir todos los papiros existentes en España. Aunque de momento recoge las fichas de 300 papiros, tan sólo con los fondos de las tres colecciones que actualmente se han sumado al proyecto podrá alcanzar los 4.000 documentos en tres años. Un tesoro de incalculable valor. “Es un proyecto de gran importancia, porque sirve para dar conocimiento y exponer al gran público de un modo accesible las fuentes directas del saber. Y hasta ahora tan sólo era una realidad accesible para cuatro investigadores”, afirma el P. Pius-Ramon Tragan, director del Scriptorium Biblicum et Orientale de Montserrat. Un tesoro que, prácticamente, se desconocía que estuviera en nuestro país. “Era una realidad que no se conocía bien ni se sabía que existía en España –añade–. En Montserrat, por ejemplo, tenemos un papiro con parte del capítulo III del Evangelio de San Mateo, del siglo II, que es hermano de otro existente en Oxford”.

Un tesoro mayoritariamente en papiro –o en fragmentos de papiros–, aunque también hay pergamino, papel, tela y fragmentos de cerámica (óstraca), que no es tan sólo religioso, sino que, como afirma el director del Scriptorium, encierran también el “patrimonio del saber y de la vida real”, porque reúne textos bíblicos y joyas literarias –como los fragmentos de la Ilíada de Homero (siglo III d.C.), resguardados en Montserrat– con recibos, facturas, contratos, cartas, testamentos… “Para mí –añade Tragan–, la papirología es el mundo del conocimiento real y contemporáneo de la vida de los pueblos”. Según Nodar, los papiros pueden dar “información valiosa de intrahistoria, del uso del lenguaje, de los matrimonios, de testamentos, cartas privadas o incluso de macrohistoria, como la gran crisis económica del Imperio Romano en el siglo III”.

Un tesoro que nació en España, sobre todo, de la fascinación de figuras extraordinarias de la cultura y de la Iglesia: el P. Ramón Roca-Puig (1906-2001), canónigo de la Diócesis de Barcelona que pasó sus últimos años en Montserrat; y el P. Bonaventura Ubach (1879-1960), creador de la fascinante colección egipcia de la abadía benedictina; así como el jesuita José O’Callaghan (1922-2001), una autoridad mundial en papirología. Las dos colecciones están escritas en siete lenguas antiguas –griego, latín, copto, demótico, hebreo, árabe y siríaco– y abarcan desde el siglo VIII a.C. hasta el X d.C.

La colección de papiros reunida por Ubach fue adquirida en 1928 y consta de unos 200 fragmentos. Está compuesta principalmente de material griego, aunque hay 15 papiros coptos, uno demótico y uno árabe. Según Damiá Roures, autor de La biblioteca de Montserrat, son fragmentos de pocos centímetros cuadrados, a menudo con pocas letras visibles, y un buen número de ellos escritos por las dos caras, de entre el siglo I a.C. y el VIII d.C., aunque predominan los comprendidos entre el siglo II y III d.C.

Fondo diverso

Más amplia es la colección denominada Papyri Montserratenser-Roca, que está constituida por unas 1.500 piezas, según la conservadora actual del fondo, Sofía Torrallas. El principal afán de Roca-Puig, que se desplazó innumerables veces a El Cairo, eran los textos bíblicos, y así adquirió fragmentos del capítulo III del Evangelio de san Mateo (conocido como papiro P67) o de los capítulos 7 y 8 del Libro de Daniel en la versión griega (códice 967), ambos del siglo II, aunque C. P. Thiede ha datado al P64 de Oxford –idéntico, aunque con otro pasaje de San Mateo, al P67–, no sin polémica, alrededor del año 75. El fondo Roca-Puig es muy diverso, incluyendo documentos de tipo financiero, administrativo y jurídico, documentos privados, así como fragmentos literarios. Las principales lenguas de estos textos son el griego, lengua de la administración en Egipto desde la conquista de Alejandro hasta la invasión árabe del siglo VII, y el copto antiguo, que es la lengua egipcia escrita en caracteres alfabéticos griegos. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y las Publicacions de L’Abadia de Montserrat han ido publicando textos de este fondo en la nueva colección titulada Orientalia Montserratensia.

O’Callaghan, con el mecenazgo de su cuñado, José Palau-Ribes i Casamitjana, reunió en los años 60 casi 2.000 papiros –no todos, por supuesto, del mismo valor filológico o histórico–, que fue dando a conocer en Studia Papyrologica, la primera revista española de Papirología, creada en 1962, y la editorial Papyrologica Castrooctaviana, en 1967. De todos los manuscritos del fondo Palau-Ribes, destaca un códice en pergamino de 230 folios con 448 páginas escritas en copto sahídico que contiene la totalidad de los Evangelios de Marcos, Lucas y Juan, de cuya edición se encargó el profesor del Instituto Bíblico Hans Quecke. Sobre la importancia de este manuscrito, del siglo V, basta añadir, siguiendo al historiador jesuita Charles E. O’Neill, que “el Evangelio de Lucas es, en copto sahídico, el único completo y el más antiguo del mundo”. La colección, de la que tan sólo se han publicado un centenar de manuscritos —y que abarca el período cronológico que va desde el s. VIII a.C. hasta el s. X d.C.— fue depositada inicialmente en el Centro Borja de Sant Cugat del Vallés, donde O’Callaghan había creado el Seminario de Papirología de la Facultad de Teología de Barcelona. A su muerte, en 2001, los papiros fueron trasladados al Archivo Histórico de los Jesuitas en Cataluña, donde se encuentran actualmente.

Imágenes digitales

Ambas colecciones, la benedictina y la jesuita, forman el cuerpo principal del portal http://dvctvs.upf.edu, proyecto que arranca en junio del año 2009, cuando la Universitat Pompeu Fabra firmó un convenio con el CSIC, la Abadía de Montserrat y la Compañía de Jesús en Cataluña, que ha permitido la creación de un espacio web que integra el soporte de la Antigüedad con el del siglo XXI, y que permitirá, con la financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, la catalogación y creación de imágenes digitales de todos los documentos, proceso que se extenderá, al menos, durante los tres próximos años. Si es un papiro ya publicado, su acceso será público y gratuito, siempre con fines docentes; si aún no se ha publicado, habrá que esperar a que sea analizado por los investigadores. Es lo que sucede, por ejemplo, con varias cajas de papiros carbonizados de la colección Palau-Ribes, “que apenas hemos supervisado todavía”, según explica Alberto Nodar.

La colección Papyri Matritenses de la Fundación Pastor de Estudios Clásicos, actualmente adscrita a la Universidad Autónoma de Madrid, es de dimensiones más reducidas que las anteriores, pero de una composición similar a las mismas. Sus 348 piezas fueron una donación personal de Penélope Photiadés a la Fundación durante la presidencia de Manuel Fernández Galiano.

jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.708 de Vida Nueva.

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