La grandiosa sencillez del gregoriano

(Maite López Martínez) Es satisfactorio ver cómo algunas cosas, por buenas y válidas, perduran en el tiempo y resultan siempre convocatorias de éxito. Es el caso de los dos conciertos de gregoriano que la editorial San Pablo ha tenido a bien organizar para presentar dos excelencias discográficas: Gregoriano esencial y Gregoriano popular.

El primero de estos discos recoge una cuidada selección de composiciones que forman parte de las grandes obras del canto gregoriano. El segundo es un conjunto de piezas que a la mayoría de quienes gustan de esta música inigualable les resulta de entre las más queridas, pero seguramente también conocidas para aquellas personas menos aficionadas a la música sacra.

Además del repertorio y de una edición preparada con gusto y al detalle (incluyendo un libreto con introducciones, textos en latín y traducción al castellano), lo más destacable son las agrupaciones que los interpretan: la ‘Schola Antiqua’ y la ‘Schola Gregoriana Hispana’. La primera tiene su sede en Madrid y, bajo la dirección de Juan Carlos Asensio (uno de los mayores expertos del canto gregoriano en España), recorre nuestra geografía y, frecuentemente, el extranjero, para ofrecer conciertos casi ininterrumpidamente. La segunda, con sede en Granada, está dirigida por Francisco Javier Lara, que fue durante varios años el director del coro de la abadía de Silos, y con el que grabó el disco que protagonizó el llamado “boom del gregoriano”, en 1994. Aquel fenómeno (llamémosle así) contribuyó a llamar la atención sobre un tipo de música que jamás ha perdido actualidad porque es auténtica, hermosa, profunda, sencilla, original, grandiosa…

Los conciertos ya han pasado y quedan para el recuerdo de quienes pudieron disfrutarlos. Pero los discos están ahí, a disposición de todos los públicos para disfrutarlos en cualquier momento (www.musica.sanpablo.es/gregoriano).

mtlopez@vidanueva.es

En el nº 2.712 de Vida Nueva.

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