Félix Arrastio Cía: “La base del estudio del gregoriano es el compromiso”

Presidente de la Schola Gregoriana Gaudeamus

Félix-Arrastio(Texto: Victoria Lara– Foto: José Luis Pujol) Dicen los estudiosos del canto gregoriano que éste no se puede interpretar sin espíritu de oración. También dicen que quien lo aprende queda, en cierto modo, marcado para siempre: “Te queda algo dentro, porque el gregoriano no es un canto corriente, hay que sentirlo, hay que vivirlo, para que llegue luego al público”. Quien así habla es Félix Arrastio Cía, un laico para el que el canto gregoriano siempre había sido una afición que ahora se ha convertido en lo más parecido a una profesión.

Arrastio preside la Schola Gregoriana Gaudeamus, en Pamplona, una agrupación que él mismo fundó en 2004 junto a otros entusiastas del también llamado canto llano, y que hoy en día es uno de los pocos reductos que cultivan y promocionan esta música en España. Él ya había practicado con anterioridad este canto, como la mayoría de los miembros de la Schola. De hecho, algunos de ellos –incluido Arrastio– pasaron por monasterios o empezaron a prepararse para el sacerdocio.

En sus apenas seis años de vida, el grupo ha pasado de 12 a 17 miembros –todos seglares– y ha actuado en distintos puntos de España: Valencia, Burgos, Jaca (Huesca), Santander, Madrid… Además, han grabado dos CD: uno en abril de 2006, titulado Exaltate Deum y otro en diciembre de 2009: Te Deum Laudamus, que acaba de salir a la venta. Una trayectoria corta pero intensa: “El secreto es que nos hemos comprometido todos, porque la base del estudio del canto gregoriano es el compromiso”. Ese requisito quizá sea una de las razones que, en opinión de Félix Arrastio, hace que los jóvenes no se interesen por este tipo de iniciativas.

En cualquier caso, el presidente de la Schola sabe que el futuro de esta asociación pasa por incorporar sangre nueva –la media de edad supera los 60 años–, por lo que lanza un mensaje: “Reclamo a la juventud católica, que sepa que esto existe y que lo aprendan, que se puede aprender”.

Ante la pregunta de si cree que el gregoriano es un canto más propicio para la oración, contesta con un “sí” rotundo: “En los oratorios no se oye nada, hay un silencio sepulcral. Algo tiene que llega a la gente”. Y es que tampoco podemos olvidar que los textos del canto gregoriano son todos bíblicos, aunque estén en latín. “Cuando hacemos oratorio, comenzamos con una introducción y antes de la primera partitura traducimos un poco el texto, así como alguna pincelada histórica sobre la pieza, si la tiene. Eso la gente lo agradece mucho”.

La Schola Gaudeamus no suele hacer publicidad, por lo que el boca a boca y los contactos que ellos mismos consiguen son los que les proporcionan las actuaciones. Cuando este número salga a la calle estarán, nada más y nada menos, que en el Vaticano. Han sido convocados para cantar el 26 de marzo –Viernes de Dolores– en la Basílica de San Pedro y el sábado, en la de San Pablo Extramuros. “Tenemos todos una gran ilusión”, nos aseguraba Félix Arrastio.

La Schola Gaudeamus ya ha puesto su granito de arena para “que no se pierda ese tesoro que es el gregoriano, que no desaparezca”, apunta su presidente. Algo para lo que sería fundamental más ayuda de las administraciones públicas.

Arrastio subraya que este proyecto tampoco habría sido posible si no hubieran contado con la experiencia y la formación de su actual director: Luis Ángel López Aranzadi, ex benedictino. “Es el alma de la Schola”, asegura Arrastio.

En esencia:

Una canción: el Salmo 140, El alzar de mis manos, Señor, de F. Palazón.

Un deporte: andar y ver pelota vasca.

Un rincón del mundo: Garde, en el Valle del Roncal (Navarra).

Un deseo frustrado: creo que no tengo ninguno.

Un recuerdo de infancia: los juegos en mi pueblo, Mendaza.

Una aspiración: que la Schola no decaiga.

Una persona: mi mujer.

La última alegría: ir a cantar a Roma.

La mayor tristeza: la muerte de un familiar.

Un sueño: terminar la vida sin sufrimiento.

Un regalo: el Codex Calixtinus, que se edita en Pamplona.

Un valor: la amistad.

Que me recuerden por: si me recuerdan, lo harán por todo lo que hice por la Schola.

En el nº 2.701 de Vida Nueva.

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