Escalando la Biblia

(Alberto Iniesta– Obispo Auxiliar emérito de Madrid)

“Aunque toda la Biblia sea Palabra de Dios, no toda puede aprovecharnos por igual para nuestra vida espiritual. Se puede leer toda seguida de cabo a rabo (…). Pero en muchos casos conviene orientar en un cierto orden de lectura”

Si en España se hiciera una encuesta sobre cuántos tienen El Quijote, seguro que serían muchos. Si se preguntara cuántos lo habían leído, saldría un número considerable. Pero si preguntásemos cuántos lo habían terminado, ya serían muchos menos.

¿Y si hiciéramos una encuesta semejante sobre la Biblia? Posiblemente la respuesta sería parecida. En un reciente estudio sobre su lectura, mientras que en los Estados Unidos lo hacen habitualmente el 75% de los adultos; en Polonia, el 38; y en Italia, el 27; en España desciende hasta el 20 %.

Aun con todas las grandezas que podemos y debemos decir de ella, la Biblia no es un libro fácil de leer, entre otras cosas porque no es un libro, sino una biblioteca formada a lo largo de los siglos. Aunque toda la Biblia sea Palabra de Dios, no toda puede aprovecharnos por igual para nuestra vida espiritual. Se puede leer toda seguida de cabo a rabo, y yo lo hice durante mucho tiempo, leyéndola completa cada año. Pero en muchos casos conviene orientar en un cierto orden de lectura, para mayor provecho y facilidad de lectores novatos. Cuando, por ejemplo, el famoso predicador protestante del siglo XIX don Jorgito el Inglés divulgaba en España la Biblia, él se refería de hecho al Nuevo Testamento.

Gracias al movimiento bíblico y al último Concilio, hoy disponemos de abundantes ediciones de la Biblia con buenas introducciones y notas que ayudan a comprender la Palabra de Dios, pero generalmente no suelen ofrecer sugerencias que puedan orientar sobre un posible orden de lectura para lectores sin preparación.

La Biblia es como una gran montaña, que conviene escalar en compañía –un sacerdote, un grupo bíblico, la práctica de la lectio divina, las lecturas de la Misa, etc.–. Pero cuando sea necesario hacerlo en solitario, sería conveniente tener algunas pistas marcadas previamente por expertos, para no despistarse en la subida.

En el nº 2.708 de Vida Nueva.

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