El reto de los bicentenarios

(Baltazar Enrique Porras Cardozo– Vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y arzobispo de Mérida, Venezuela)

“El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) asumió realizar encuentros para estudiar los bicentenarios y ofrecer pistas pastorales. El esquema gira en torno a dos ejes (…). Y, en prospectiva: en el hoy y de cara al futuro, qué lecciones y tareas toca emprender”

Conmemorar las independencias de los países latinoamericanos, proceso que se inició a raíz de la invasión napoleónica a la Península y el descalabro de la monarquía borbónica (1808), está dando pie a diversas iniciativas. En Aparecida (2007), se hace un llamado para que los bicentenarios sirvan para revitalizar nuestro modo de ser católico… Esto requiere, desde nuestra identidad católica, una evangelización mucho más misionera, en diálogo con todos los cristianos y al servicio de todos los hombres.

Las fiestas patrias han servido a lo largo de la historia para que la educación escolar y los gobiernos de turno exalten un patrioterismo estéril. Se mitifican los orígenes fundantes de las nacionalidades para tapar las deficiencias de la verdadera independencia: superar la pobreza, construir una igualdad más equitativa y una ciudadanía más madura. Es casi un milagro que tanta exaltación de lo guerrero y militar no haya producido mayores conflictos y males entre los países del hemisferio.

El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) asumió realizar encuentros para estudiar los bicentenarios y ofrecer pistas pastorales. El esquema gira en torno a dos ejes: una mirada crítica al pasado: qué pasó, papel de la Iglesia, valoración de la lectura histórica, épica; interpretación e imaginario cultural de dichos acontecimientos. Y, en prospectiva: en el hoy y de cara al futuro, qué lecciones y tareas toca emprender para que no quede en celebraciones míticas o épicas que sólo sirven a los poderes de turno.

Las propuestas presentadas son sugestivas. Una lectura transversal, interdisciplinar, ni apologética ni defensiva, sino desde la tarea central del mensaje cristiano: construir la paz, el bienestar y la fraternidad entre los pueblos. Basta echar un vistazo a las cartas pastorales y exhortaciones surgidas de los episcopados para observar la riqueza, variedad y complementariedad de posturas.

En el nº 2.709 de Vida Nueva.

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