Los bienes en litigio serán “signo permanente de comunión” entre Lleida y Barbastro

Gracias a un acuerdo las piezas serán trasladadas a sus parroquias de origen, pero ambos obispados podrán disponer de ellas

(Vida Nueva) Un acuerdo firmado por el obispo – administrador apostólico de Lleida, Javier Salinas Viñals, y el obispo de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián Sorribas, en la sede de la Nunciatura Apostólica de Madrid, puso ayer fin a la polémica en torno a los bienes de las parroquias transferidas a la diócesis de Barbastro-Monzón. En el documento, firmado por ambas partes, el Obispado de Lleida acata el Decreto de la Congregación para los Obispos, de fecha 8 de septiembre de 2005.

Según dicho acuerdo, Lleida deberá devolver las piezas citadas -dentro de los treinta días siguientes a la firma del acuerdo- a las parroquias transferidas a Barbastro, a quienes corresponde la propiedad de los bienes eclesiásticos, entrega de la que se informará a la Santa Sede.

No obstante, en el acuerdo ambas diócesis reconocen que “los referidos bienes histórico-artísticos forman parte de un legado religioso e histórico común, por lo que quieren que sean signo permanente de comunión entre ambas Iglesias diocesanas y testimonio de la historia de la evangelización llevada a cabo por nuestros predecesores en la fe en una tierra estrechamente unida por vínculos religiosos, históricos y sociales. Por ello desean establecer entre sí acuerdos de cooperación para la exposición, estudio y difusión del referido patrimonio”.

Para lograr este objetivo, el documento establece que se creará un órgano consultivo que asesore en lo referente a:

“a) la realización de copia de todos y cada uno de los objetos que se considere oportuno por ambas partes;

b) la realización de exposiciones temporales de sus respectivos patrimonios artísticos en ambos territorios diocesanos;

c) la colaboración de las instituciones públicas para la protección y conservación de dicho patrimonio histórico-artístico, quedando siempre a salvo los derechos derivados de la propiedad eclesiástica de los referidos bienes;

d) la difusión de los valores culturales de este patrimonio, mediante la edición de un catálogo común del mismo, la propuesta de itinerarios culturales relacionados con el referido patrimonio y otras que sean aconsejables;

e) la realización de programas de conservación e investigación de dichas obras, favoreciendo la creación de becas de investigación y publicaciones, en la medida de las posibilidades de ambas Diócesis”.

El acuerdo, que pone fin a varios años de litigio entre ambas diócesis, se firmó este lunes 30 de junio en presencia del nuncio apostólico, Manuel Monteiro de Castro.

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