Libros

Mártires por su fe


Esta obra de Jesús Bastante (La Esfera de los Libros, 2010) es recensionada por José Lorenzo.

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Mártires por su fe. Hablan los hijos de los católicos asesinados durante la Guerra Civil

Autor: Jesús Bastante

Editorial: La Esfera de los Libros

Ciudad: Madrid

Páginas: 278

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(José Lorenzo) “Maruja del alma: Tu recuerdo me acompañará a la tumba, y mientras haya un latido en mi corazón, éste palpitará en cariño hacia ti (…) Sé fuerte y rehaz tu vida, eres joven y buena y tendrás la ayuda de Dios que yo imploraré desde su reino. Hasta la eternidad, pues, donde continuaremos amándonos por los siglos de los siglos. Bartolomé”.

Hace un par de años, un importante diario comenzó a publicar testimonios de hombres y mujeres asesinados por las tropas de los sublevados durante la Guerra Civil. Eran pensamientos llenos de generosidad, amor y  entrega para con sus seres queridos. Su lectura se quedaba anudada en la garganta, a pesar de la doblez de ese medio por utilizarlos como munición para desbrozar el paso a la Ley de Memoria Histórica.

No estaba entre esos testimonios el que encabeza estas líneas. Sería imposible: Bartolomé Blanco era un sindicalista católico de 24 años fusilado por republicanos. Beatificado en Roma en octubre de 2007, su memoria, junto con la de otros mártires de la época, ha sido ahora rescatada por Jesús Bastante.

Su nuevo libro es un intento honesto por acercar al gran público (y desde una editorial no religiosa) las historias de vida y muerte de quienes (primero por la Iglesia) son propuestos como ejemplos de perdón y reconciliación. Es verdad que son testimonios ya conocidos. A raíz de la beatificación en Roma de 498 mártires, otros libros recogieron sus lecciones de vida y muerte, además de la profusa información que brindaron las distintas congregaciones que tenían miembros entre los nuevos beatos. Pero en esta obra destacan por encima de otros méritos dos novedades: por un lado, Bastante hace hablar a los familiares de los beatos, aportando así el frescor del reportaje; y, por otro, los numerosos prólogos (casi parece una obra colectiva), algunos tan interesantes como los de Blázquez, Asenjo, Bono, Zaplana o Torres Mora. Éste último fue el ponente de la Ley de Memoria Histórica. Y, además, sobrino de uno de los mártires. Y en su prólogo escribe una frase que no deberíamos olvidar. Por ella, este libro merece la pena. Dice así: “Yo pienso que todos los que fueron víctimas de la violencia y de la injusticia a causa de sus ideas son nuestros muertos. Todos merecen ser llorados y honrados. Eso es también lo que piensa la inmensa mayoría de la sociedad española”.

En el nº 2.703 de Vida Nueva.

Actualizado
16/04/2010 | 08:29
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