La vida en las cárceles salvadoreñas es “inhumana”

Denuncia del arzobispo José Luis Escobar tras los recientes motines en dos centros

(J. L. Celada) El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, se ha hecho eco de lo que ya considera un “clamor público” en su país: “La vida en la cárcel es inhumana y debe mejorar”. “No digo –añade en declaraciones a la agencia Fides– que se deba abolir de la justicia, pero sí que tienen derecho [los presos] a una asistencia digna. Han perdido el derecho a la libertad y otros derechos más, pero no los derechos como persona; y me parece que el trato que se está dando, no hoy, sino siempre, no es digno”.

En términos semejantes se manifestó el también presidente de la Conferencia Episcopal de El Salvador al concluir la misa dominical del pasado día 2. En rueda de prensa posterior a la celebración, Escobar hizo un llamamiento a las autoridades para “que se revise y ojalá que se provea con todos los recursos necesarios un sistema penitenciario de acuerdo al tiempo que estamos viviendo, el siglo XXI”.

Sólo así, mejorando las condiciones infrahumanas de las cárceles, podrían evitarse episodios como los que se vivieron a finales de abril en los penales de Cojutepeque (centro) y Sonsonate (oeste), donde sendos motines causaron dos muertos y 25 heridos. Aunque la versión oficial habla de intentos de fuga, en los que los reclusos habrían activado artefactos explosivos artesanales, lo cierto es que, desde el 11 de abril, los internos de una decena de prisiones –entre ellas las ya citadas– se niegan a entrar en sus celdas durante la noche como medida de protesta para exigir mejoras. En este sentido, el arzobispo de la capital confía en que “países amigos” puedan ayudar a las autoridades salvadoreñas con “los medios suficientes para mejorar el estilo de vida” de los reclusos.

Situación de inseguridad

El prelado ha advertido también que “la crisis carcelaria agrava la situación de inseguridad” de un país cuyos 19 centros penitenciarios albergan a unos 23.000 presos, cuando la capacidad de sus instalaciones es de 8.000. Un dato al que parecen ajenos los políticos, que han detenido la construcción de dos nuevas prisiones.

Ante este panorama, que pone seriamente en entredicho la gestión del Estado en materia de seguridad, Escobar ha defendido la posibilidad de que el presidente del país, Mauricio Funes, prorrogue la presencia en las calles de militares que apoyan a los policías en su lucha contra la delincuencia. En todo caso, y aun reconociendo que “muchas personas de las zonas más vulnerables han pedido que el Ejército siga allí, que sienten protección, que sienten su ayuda…”, el arzobispo salvadoreño ha instado al mandatario a analizar el tema “a conciencia, con el interés sólo de favorecer el bien común”.

En el nº 2.706 de Vida Nueva.

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