La Iglesia de Ecuador revisa sus desafíos pastorales

Santana, Arregui y Salazar en septiembre de 2009

(J. L. Celada) Urge atender a la familia, la juventud, la pobreza y el laicado. Así lo han puesto de manifiesto los obispos de Ecuador durante su 127ª Asamblea Plenaria, celebrada entre el 12 y el 16 de abril en la casa Bethania, a las afueras de Quito. Los miembros de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) han sentado también las bases para una planificación pastoral que continúe y renueve el Plan Global vigente, informa un comunicado de la Secretaría General. Precisamente, fue su actual titular y obispo de Guaranda, Ángel Polivio Sánchez, el encargado de presentar el día 14 los desafíos y objetivos de esas líneas pastorales.

El encuentro episcopal fue inaugurado por el presidente de la CEE y arzobispo de Guayaquil, Antonio Arregui Yarza, y el nuncio en Ecuador, Giacomo Guido Otonello. Horas después, los participantes celebraron un pequeño retiro espiritual dirigido por el obispo emérito de Machala y ex presidente de la CEE, Néstor Herrera Heredia.

En el marco de este Año Sacerdotal, los prelados se han propuesto, asimismo, acompañar a su clero en la vivencia de una conversión permanente, “atendiendo con mayor preocupación las necesidades concretas de su ministerio…”.
En este sentido, los pastores no son ajenos a las dolorosas circunstancias que afligen al Papa a causa de los casos de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia. Por ello, decidieron enviarle una carta, mostrándole su “cercanía, comunión y solidaridad”, al tiempo que le agradecen “su testimonio de fidelidad a Cristo y su ejemplo de integridad y fortaleza, de bondad y misericordia”.

El jueves 15, los integrantes de la CEE concelebraron la Eucaristía en la Catedral de Quito ante las reliquias de san Juan Bosco, de visita en la capital del país.

La Asamblea concluyó con la participación de Rubén Salazar y Ubaldo Santana, presidentes del Episcopado colombiano y venezolano, respectivamente, con quienes se intercambiaron experiencias y expectativas sobre el destino de sus pueblos y la misión de la Iglesia en el contexto actual de celebración del Bicentenario de la independencia de sus países.

En el nº 2.704 de Vida Nueva.

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