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Ventanas que dan a Dios


Una obra de José A. García, SJ (Sal Terrae, 2011). La recensión es de Jesús Sastre.

Ventanas que dan a Dios. Experiencia humana y ejercicio espiritual

Autor: José A. García, SJ

Editorial: Sal Terrae

Ciudad: Santander

Páginas: 272

JESÚS SASTRE | El autor explica en el prólogo cómo ha nacido el libro y los objetivos con que ha sido escrito. El hilo conductor es el siguiente: “Dios es una Presencia real, y las experiencias humanas, todas ellas, están llamadas a ser ventanas que dan a Él” (p. 10). Esta Presencia es respetuosa de la autonomía humana, al tiempo que es la radicación de todo lo creado.

José A. García, jesuita, hace del libro una confesión de fe desde su experiencia religiosa en clave de espiritualidad ignaciana: “Buscar y hallar a Dios en todas las cosas”. Y esto asumiendo el reto de vivirlo en los contrastes y ambigüedades de la cultura actual. Ahora bien, las experiencias humanas necesitan de un proceso espiritual que “capacite” al sujeto para que las viva como sacramentos de la presencia de Dios.

El capítulo primero (“¿Dónde y cómo está Dios?”) es el fundamental. La afirmación de que Dios está “dándola y dándose en ella” (EE, 234) se desarrolla en los once capítulos siguientes, al aplicar lo afirmado a una serie de realidades: las fuentes del yo, “cor inquietum”, intimidad/intimismo, memorias que salvan, el lado oscuro, éxito/fracaso, el dolor en el mundo, cómo conocer la voluntad de Dios, paz-misión-Espíritu y el oficio de consolar.

El último capítulo (“Escuela del corazón”) es un itinerario a través de tres “aprendizajes vitales” según la mistagogía ignaciana para “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”. El epílogo presenta tres síntesis de vida espiritual de la mano de Teilhard, Rahner y Von Balthasar.

Como otros títulos del autor, director de la revista Manresa, es un libro de espiritualidad, profundo y sistemático, además de sugerente y de aplicación práctica; poco frecuente entre las muchas publicaciones de esta especialidad. Se lee bien, aunque los contenidos son densos: exige del lector una cierta iniciación a los conceptos fundamentales de la espiritualidad cristiana e ignaciana.

Quien lea estas páginas desde la educación de la fe encontrará pautas para trabajar las “ventanas que dan a Dios” en la pastoral de la Iglesia. Dicho de otra manera, cómo relacionar la experiencia humana y el ejercicio espiritual. En este sentido, la obra puede ayudar a los animadores de grupos de jóvenes y adultos a descubrir que los temas están para suscitar y acompañar la maduración de la experiencia central de la fe: “Buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, principio y meta de la misión de la Iglesia.

En el nº 2.768 de Vida Nueva.

Actualizado
16/09/2011 | 13:42
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