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Un rey sin diversión


La novela de la semana es de Jean Giono (Impedimenta, 2011). La recensión es de Juan Carlos Rodríguez.

Un Rey Sin Diversion

Un rey sin diversión

Autor: Jean Giono

Editorial: Impedimenta

Ciudad: Madrid

Páginas: 224

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | ¿Quién puede evadirse al asombro de Jean Giono? A la lectura hipnótica de El hombre que plantaba árboles se une, por fin, gracias a la traducción de Isabel Núñez y al atrevimiento del editor Enrique Redel, la extraordinaria Un rey sin diversión.

La diversión es para el lector, que avanza encantado por esta novela que parodia al género negro desde el virtuosismo de la prosa de Giono (Manosque, 1895-1970), magnífica ya desde la primera página con la descripción del hayedo.

La primera de las célebres Crónicas de Giono, escrita en 1946, puede definirse como asombrosa, oscura, sensual. El narrador creado por el novelista-pacifista relata un siglo después de los hechos una primavera llena de cadáveres en Chichiliane, en la Provenza, a donde llega el capitán Langlois con su pipa y sus pantuflas, con su monstruosidad y su compasión. Con él permanecerán con el lector para siempre la coscolina de Grenoble –alias La Salchicha–, que regenta el Café de la Travesía, el soltero y salvaje Bergues, el guapo cura de espalda ancha como el portón de la iglesia…

En el nº 2.773 de Vida Nueva.

Actualizado
21/10/2011 | 08:24
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