Libros

Un grito, un fenómeno…


Indignación

Título: Indignación. Caminos de transgresión y esperanza

Autor: Luis A. Aranguren Gonzalo, Joaquín García Roca, Francisco Javier Vitoria

Editorial: PPC, 2014

Ciudad: Madrid

Páginas: 108

ANTONI NELLO | Una interesante radiografía poliédrica de un fenómeno singular y significativo: la manifestación difusa de los indignados en distintos países del mundo, de Túnez a España, pasando por Grecia y Portugal, llegando a Brasil, Egipto, México o a las mismas puertas de Wall Street. En nuestro país se materializó de manera emblemática en aquella peculiar concentración que se produjo en la Puerta del Sol de Madrid, en mayo de 2011. Un fenómeno diversificado, en escenarios distintos y en coyunturas diversas, pero con un denominador común, un grito: ¡basta, no más de lo mismo!

En España es indudable la resonancia del movimiento de los indignados, movimiento que ya no es prescindible ni minimizable. Su éxito en las últimas elecciones europeas –en España de la mano de la propuesta Podemos– lo ha dotado de un brazo político. Quedan desautorizados cuantos quisieron acallar su clamor, denunciar su invasión de suelo o desacreditar, cuando no ridiculizar, su entidad. Y es que el movimiento de los indignados representó, y representa todavía, un hartazgo generalizado y bastante intergeneracional ante una situación acuciante de pérdida de bienestar, incluso de derechos, a la vez que un clamor de furia contra unas clases políticas inoperantes, agazapadas tras el discurso fatalista y resignado de la impotencia, atrapadas en la inoperancia, a veces escondidas en la trama compleja de la corrupción. Fue también la denuncia de unos nuevos poderes sin rostro ni representatividad legítima, los poderes financieros, que parecen haber arrasado con el mapa geopolítico convencional.

Mucho se ha hablado sobre el futuro del movimiento de los indignados. ¿Se trata solo de una queja frente a problemas coyunturales? ¿Es una manifestación espontánea que se pierde efímeramente en su misma espontaneidad? ¿Es simplemente un brote de rabia juvenil? O, tal vez, ¿es solo el seguimiento de una llamada a la indignación, la del famoso librito de S. Hessel del mismo 2011, difundida a través de las redes sociales como si de la invitación a un evento musical o deportivo se tratara?

Categoría cultural

Los tres autores que analizan el fenómeno de los indignados profundizan con acierto en él y lo elevan a esa categoría de la indignación: no ya y solamente es un fenómeno social, sino una categoría sociopolítica y cultural. Y lo hacen con acierto y rigor en tres perspectivas complementarias. En primer lugar, la radiografía del fenómeno, las características y las claves de lectura que lo convierten en singular y relevante, así como sus características hondamente personalistas, que lo ubican en la compasión operativa ante el malestar del otro (Luis A. Aranguren). En segundo lugar, sus exigencias para que sea algo más que un lamento efervescente, así como los riesgos que comporta, los de caer en una apocalíptica estéril, nostálgica o simplemente fundamentalista (Joaquín García Roca). En la tercera y conclusiva parte, se ofrece una lectura teológica, desde una comprensión del Dios airado, visión no contraria sino complementaria de la del Dios de la misericordia, que muestra y expresa su descontento ante la injusticia como la otra cara de la moneda de su misericordia y amor infinitos, que requieren, precisamente, su universalización pragmática y la denuncia de su secuestro (Francisco Javier Vitoria).

Un libro asequible, bien escrito, bien estructurado, de lectura imprescindible si se quiere conectar, también pastoralmente, con unas generaciones que rehúyen la institucionalización, también la de la Iglesia, pero sin que ello sea sinónimo de indiferencia, ni síntoma de egoísmo individualista, sino simplemente desconfianza ante lo esclerotizado y necesidad de una nueva esponjosidad que ofrezca una salida a sus más nobles aspiraciones.

 

En el nº 2.917 de Vida Nueva.

Actualizado
11/11/2014 | 14:29
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