En ‘El revés de la trama’ Javier Morales recensiona la recopilación de cuentos de Mavis Gallant editada por Lumen.
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Título: Los cuentos
Autor: Mavis Gallant
Editorial: Lumen, 2010
Ciudad: Barcelona
Páginas: 936
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JAVIER MORALES | La vida de un escritor es la de un camello obstinado. Esta definición del oficio es la mejor que he encontrado nunca y se la debo a Mavis Gallant, narradora canadiense fallecida recientemente. La leí hace algunos años, en el prólogo a sus cuentos publicados por la editorial Lumen cuya lectura recomiendo encarecidamente. Gallant cierra el texto con una idea que a estas alturas debería ser evidente, pero que aún no lo es: los relatos no son capítulos de novelas.
No se deberían leer uno tras otro como si fueran correlativos. Hay que leer uno. Luego cerrar el libro. Leer otra cosa. Volver más tarde. Los relatos pueden esperar.
De modo que busque los cuentos de Gallant, corra a una librería, solicítelo en una biblioteca o pídaselo a un amigo. Y sigan su consejo al pie de la letra.
Les propongo que empiecen con el primer cuento, La mujer del moro. Ambientada en los años 30 y 40 en un hotel del sur de Francia, Gallant nos mete en la historia de una mujer, Netta, independiente y fuerte, pragmática y valiente, capaz de sacar adelante el hotel que ha heredado de su padre frente a viento y marea, vulnerable, sin embargo, al amor que siente por su primo, Jack, un hombre sin carácter ni ambición, diletante y mujeriego, lo que hoy llamaríamos un Peter Pan.
Después de leer este relato, cierren el libro. Dejen pasar un tiempo y vuelvan a la carga con el siguiente, Las cuatro estaciones. Es recomendable, no obstante, seguir el orden fijado por la autora, que los ha clasificado no por la fecha de escritura, sino por su desarrollo temporal.
Después de leer este espléndido volumen, al menos parte de él, entenderán por qué Gallant, menos conocida que su compatriota Alice Munro (curiosamente, en Canadá se publicaron al mismo tiempo The Selected Stories de Munro y Gallant, con división de opiniones entre la crítica), hubiera merecido como ella el Premio Nobel. Comprobarán por qué un relato puede contener el mundo y se sentirán satisfechos de que algunos de los mejores estén a su alcance.
En el nº 2.909 de Vida Nueva
