Libros

Reivindicación del esperpento


En ‘El revés de la trama’ Javier Morales recensiona Las manos , de Miguel Ángel Zapata (Editorial Candaya, 2014).

Título: Las manos

Autor: Miguel Ángel Zapata

Editorial: Editorial Candaya, 2014

Ciudad: Barcelona

Páginas: 264

JAVIER MORALES | Homero, Cervantes, Shakespeare, Sterne. Sin ánimo de parecer maximalista, creo que la obra de estos clásicos contiene todo lo que puede meterse en una novela. Hablo de contenido y forma. Esta certeza debería ser una advertencia para quienes, desde la frivolidad y el desconocimiento, se hacen pasar por originales. Y también para quienes, como Fukuyama con la historia con mayúscula, vaticinan día sí y día también el fin de la novela, de la historia con minúscula. Otra cosa es el peso que las novelas, las buenas novelas, tengan en los ciudadanos frente a otras propuestas creativas.

Se siguen escribiendo buenas novelas, obras que intentan reinterpretar a los clásicos desde una perspectiva actual (qué si no es la literatura), aunque no todas llegan a publicarse porque el mercado les cierra el paso. Por eso es de agradecer que existan pequeñas editoriales, como Candaya, que contra viento y marea deciden publicar novelas no convencionales, como Las manos, del escritor granadino Miguel Ángel Zapata. Reconocido autor de relato breve, con varios libros a sus espaldas (recomiendo su Esquina inferior del cuadro, Menoscuarto), en Las manos Zapata cuenta la historia de un héroe-antihéroe muy particular, Mario Parreño, testigo del robo de la Copa Mundial de Fútbol, quien de buenas a primeras se convierte en un improvisado “detective”.

Tanto la historia como la apuesta narrativa de Zapata entroncan con lo mejor del esperpento español, quizás una de las más originales aportaciones de nuestro país a la literatura universal. En particular, con el Ruedo Ibérico de Valle-Inclán. Con un ritmo frenético que nos atrapa desde la primera línea, en este espléndido debut de Zapata en la novela encontraremos humor, ironía, sátira, la búsqueda de un lenguaje que deforma la realidad, nuestra piel de toro, para devolvernos su imagen verdadera.

En el nº 2.920 de Vida Nueva

Actualizado
01/12/2014 | 08:05
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