Esta obra de José Carlos Bermejo y Francisco Álvarez (San Pablo, 2009), es recensionada por José Ramón Amor Pan.
Pastoral de la Salud y Bioética
José Carlos Bermejo y Francisco Álvarez (dir.)
Editorial: San Pablo
Ciudad: Madrid
Páginas: 1.888
(José Ramón Amor Pan) Monumental, oportuna y muy útil serían los adjetivos que mejor definen esta obra. A lo que habría que añadir: y de bella factura, como la editorial San Pablo nos tiene acostumbrados con sus diccionarios. Es un libro, por otra parte, que, como todo lo bueno, se ha hecho esperar y, sin embargo, no frustra las expectativas. No estamos ante una simple traducción del diccionario elaborado por el Camillianum de Roma en su décimo aniversario, sino ante una obra propia: se han suprimido voces que –a juicio de José Carlos Bermejo y Francisco Álvarez, responsables de la edición española– no tenían eco en nuestro entorno, se han revisado unas y se han añadido otras, y se han sustituido algunas (básicamente, las relacionadas con la bioética), dando entrada a autores españoles de probada competencia en este campo.
El resultado es un texto armónico y completo, con 200 voces de 120 autores diferentes. Como señala F. Álvarez en su presentación, el diccionario “se inscribe dentro de la inmensa sinfonía de esfuerzos que, a lo largo de estos últimos veinticinco o treinta años, han intentado colaborar en la renovación de la acción eclesial dentro de ese mundo, y, no menos importante, contribuir a una nueva cultura de la vida y de la salud más acorde a la condición humana”.
Me gusta muchísimo esa expresión que utiliza Álvarez, “inmensa sinfonía de esfuerzos”, porque denota belleza (y la ética no tiene que estar reñida con la estética y la lírica, muy al contrario) y porque indica lo indispensable que es sumar y coordinar para que la música suene como debe: y para esto, no lo olvidemos nunca, hace falta no sólo ritmo, sino mucha humildad, la que caracteriza a los verdaderamente virtuosos en todas las esferas de la vida. Lo contrario: ruido de gallinero, voces estridentes que en nada contribuyen a la defensa de la vida, sobre todo la de los más débiles y vulnerables.
Es, finalmente, un instrumento orientado a la praxis pastoral. Ya sabemos que, con demasiada frecuencia, no hay el suficiente tiempo para leer y formarse, porque las urgencias del trabajo cotidiano nos lo van robando imperceptiblemente. Por eso, una obra así es útil, porque reúne los elementos fundamentales para hacer frente satisfactoriamente (al menos para salir del paso) a tantas cuestiones complejas y peliagudas como se presentan en el ámbito de la asistencia sociosanitaria (también en su vertiente religiosa y espiritual). Gracias, pues, a los autores, a los directores y a la editorial San Pablo por un ejercicio tan brillante de servicio pastoral a la altura del siglo XXI.
En el nº 2.686 de Vida Nueva.
