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Para mí la vida es Cristo


Este libro de Pedro I. Fraile Yécora (San Pablo, 2008) es recensionado por Federico Pastor-Ramos

 

Para mí la vida es Cristo. Leer a san Pablo hoy personalmente y en grupo

Autor: Pedro I. Fraile Yécora

Editorial: San Pablo

Ciudad: Madrid

Páginas: 286

 

(Federico Pastor-Ramos) Con motivo del Año de San Pablo, bienvenido porque está dando a conocer algo más esta enorme figura cristiana, se publican no pocos libros sobre el Apóstol de las gentes. Y uno de ellos es éste, fruto de la colaboración del autor -sacerdote, profesor de Sagrada Escritura y actual director del Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón- en la revista de comunicación social y pastoral Cooperador Paulino.

Vale la pena asomarse a él, porque “la fuerza de san Pablo -escribe en el Prólogo Pedro I. Frailereside en que inicia en la fe cristiana a personas que nunca habían oído hablar de Jesús ni tenían un sustrato común ligeramente favorable al cristianismo. Va a lo esencial; no se pierde en discusiones secundarias”.

Se trata de anunciar a Jesucristo utilizando las ideas y palabras del que, quizás, ha sido el mejor intérprete de la persona y del mensaje del Señor. La intención del libro es destacar la centralidad de Jesucristo, verdadera clave de lectura de cuanto Pablo ha hecho y dicho.

Los veinte capítulos de la obra se dividen en cinco partes: “Saulo de Tarso, benjaminita”, dedicada a la vida y cartas paulinas (hubieran venido bien algunos mapas para lectores no familiarizados con el ambiente). La segunda, sobre la historia de la salvación, muestra cómo los textos de la Sagrada Escritura apuntan a la plenitud de la salvación revelada en Cristo. La tercera es el centro del libro, y puede llevarnos a exclamar con san Pablo: “Ya no vivo yo; es Cristo quien vive en mí”. La cuarta analiza las consecuencias de esta experiencia crítica; y la quinta y última es una llamada a la evangelización.

La exposición se hace al hilo de los textos de Pablo, de forma que, al final del libro, el lector ha hecho un repaso de sus cartas ordenadas por temas. Algo muy destacable es la presentación de muchos textos del AT relacionados con esos temas, de modo que se completa la lectura de san Pablo con textos que él conoció y en los que, muy probablemente, se inspiró.

Lo destacable del libro no es la novedad de sus contenidos, sino la forma sencilla y accesible de exponerlos. Así, por ejemplo, al final de cada capítulo hay propuestas para que se pueda trabajar con estas páginas en grupo, en comunidades de lecturas bíblicas. También hay unas oraciones a propósito de los temas de cada capítulo. Distribuidos a lo largo del libro hay bastantes recuadros con observaciones que ayudan a la comprensión del texto.

Una obra de talante pastoral y popular, recomendable a los interesados en el Apóstol y aun a quienes no lo están, para que lo estén.

En el nº 2.649 de Vida Nueva.

Actualizado
20/02/2009 | 11:01
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