Libros

Para convertir a la misericordia


Misericordiosos-como-el-padre

Misericordiosos como el Padre

Autores varios

PPC Editorial

Bogotá

160 pp.

Este es un útil y valioso instrumento de trabajo pastoral para quien quiera llegar hasta el fondo de la llamada a la misericordia.

Cinco expertos presentan claves y perspectivas de la bula Misericordiae Vultus. Unas prácticas propuestas de trabajo convierten el texto papal en un inspirador motivo para para tareas conjuntas; pero es, sobre todo, el texto de la Bula pontificia, con los resúmenes y esquemas, la parte más atractiva y enriquecedora de esta publicación.

Allí se encuentra el perfil de la misericordia, descrita como el amor visceral de Dios, que va más allá de lo racional: “no es una idea abstracta sino realidad concreta (…) se trata de un amor visceral” (MV 6).

Ese amor visceral es “la verdadera potencia de Dios (…) Es propio de Dios usar misericordia y en esto se manifiesta su suma potencia” (MV 6).

La descripción asombra y alienta cuando revela la misericordia como “la vía que une a Dios y al hombre, porque abre la esperanza de ser amado a pesar del límite de nuestro pecado” (MV 1).

Por eso para el cristiano la misericordia es “regla de vida de los discípulos de Jesús” (MV 20); es “un modo de vida que ya describían las obras de misericordia, esa puerta de entrada al Evangelio. Pero las obras de misericordia, con ser exigentes, se quedan cortas ante este signo del amor del Padre (MV 4) que es como el de un padre o una madre, vale decir que se trata de un amor visceral, proviene de lo más íntimo como sentimiento profundo hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón” (MV, 6).

Normalmente el anuncio del Evangelio va en contravía de los pensamientos del mundo. También sucede con el anuncio de la misericordia: “la mentalidad contemporánea parece oponerse al Dios de la misericordia y tienden a arrancar del corazón humano la idea misma de la misericordia” (MV 2).

Una demostración de esa oposición es la indiferencia frente al sufrimiento ajeno que se manifiesta en la muy extendida afición al espectáculo macabro de las torturas y muertes que se ven con disfrute en los videos comerciales.

Va a la par la cultura de la corrupción “esa llaga putrefacta de la sociedad que mina desde sus fundamentos la vida personal y social, destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres” (MV 19).

Servir al hombre

Este llamado a la misericordia que hoy hace el papa Francisco ya había sido escuchado en el Vaticano II. “Nos encontramos en los albores de un tiempo de misericordia que marcará el rumbo de la Iglesia”, decía Pablo VI en la sesión de cierre del Concilio. Y lo había dicho Juan XXIII, quien consideró la misericordia como una medicina para nuestro tiempo.

Es una metáfora que se agrega a otra: “la misericordia vista como el ariete que derriba las murallas que habían encerrado a la Iglesia en una ciudadela privilegiada. Es el tiempo de anunciar el Evangelio de un modo nuevo” (MV 14).

En nuestro tiempo, agrega Francisco citando a Juan XXIII, “la Iglesia prefiere usar misericordia y no empuñar las armas de la severidad”, expresión que complementa Pablo VI: “La antigua historia del samaritano ha sido la pauta de la espiritualidad del concilio”. Y concluye Francisco: “en lugar de deprimentes diagnósticos, remedios alentadores, en vez de funestos presagios, mensajes de esperanza; toda esta riqueza doctrinal se vuelva en una única dirección: servir al hombre” (MV 4).

Después de este recorrido, el Papa puede concluir: “donde quiera que haya cristianos cualquiera debería encontrar un oasis de misericordia” (MV 12).

Es el núcleo de la transformación de la Iglesia que ha emprendido el Papa. Este libro se convierte en un instrumento eficaz para esa transformación.

Javier Darío Restrepo

Actualizado
10/11/2015 | 00:00
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